Junker, ¿ciática o... algo más?
Polémica en Bruselas tras unas imágenes que dejan en mal lugar al presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker
Madrid
En las redes sociales no ha habido debate, para todos aquellos que han visto el vídeo, Jean Claude Juncker está borracho. La escena tuvo lugar durante un acto tras la cumbre de la OTAN en la que varios líderes tienen que sujetar a Juncker, incapaz de mantenerse erguido o de subir unos peldaños.
El vídeo comenzó a circular horas después en las redes sociales y la polémica no ha tardado en llegar ya que cuesta encontrar otra explicación al comportamiento de Juncker que no sea un abuso del alcohol. A pesar de ello, la Comisión ha asegurado que se trata de un tema de salud que afecta a su movilidad y que serían las secuelas de una antigua ciática, sin especificar cuál es el problema de salud que afecta de este modo a su presidente.
Lo cierto es que no es la primera vez que se habla de Juncker en estos términos o que cuestionan su presencia intoxicada en distintos actos. En enero de 2017 el presidente de la Comisión apareció aparentemente borracho en Ginebra durante las conversaciones de paz entre Grecia y Turquía en su conflicto sobre Chipre. Según explicaron fuentes diplomáticas al diario The Sun, Juncker “iba como una cuba” ya que se chocaba con los muebles además de mostrarse “muy cariñoso” con el personal de la cumbre.
Aunque el caso más llamativo tuvo lugar en 2013 durante una cumbre en Letonia. Allí, durante la recepción a los distintos líderes europeos, Juncker mantuvo un comportamiento extraño dando muestras de una evidente embriaguez. El presidente de la Comisión chocó las manos con algunos presidentes, abofeteó a modo de saludo a otros, cogió de la corbata a otro e incluso besó en la frente a uno. Aunque lo que más llamó la atención aquel día fue el saludo al presidente húngaro, al que llamó dictador entre risas antes de darle una torta y una palmadita en la cara.