El enfrentamiento llega a la cúpula del PP

Madrid

Los conservadores ven su partido completamente roto porque la situación entre la candidatura de Soraya Sáenz de Santamaría y la de Pablo Casado está enconada. Cada día, hay una pelea por lograr nuevos apoyos. Los dos candidatos se ven vencedores. Ambos dicen que les salen las cuentas y el cruce de acusaciones entre sus colaboradores es tremendo. Para muchos dirigentes populares va a ser ya muy difícil "coser" lo que salga del Congreso Extraordinario.

La tensión va en aumento. Tanto que el enfrentamiento ya ha llegado incluso hasta la cúpula del PP donde algunos vicesecretarios sostienen que, en un momento dado, en un almuerzo, al hablar sobre el futuro de su formación, todos se pusieron de acuerdo para "estar allí donde no estuviera María Dolores de Cospedal". Por eso, destacan que si ahora algunos la ensalzan es solo porque les interesa contar con sus compromisarios.

Hablan de Casado, quien ayer al hacerse la foto con ella dijo que era "su jefa, su amiga y una política de raza". Desde el equipo del candidato popular niegan que se produjera una conversación en esos términos. Aseguran que él siempre ha mantenido una buena relación con la exsecretaria general del PP, desde 2006, y lamentan que vayan contando eso aquellos que tanto piden integración.

Todo va dando muchas vueltas. Los que se posicionaban de un lado, ahora lo hacen del otro. Algunos cambian de bando. "Pensábamos que habíamos dejado a Cospedal en un planeta y resulta que al llegar a la tierra, iba dentro de Casado como en Alien", señala un cargo popular. La película le sirve para describir un PP que resulta estar peor de lo que imaginaba. "Todo se ocultaba tras Rajoy y las heridas son tan grandes que nosotros mismos nos vamos a condenar a la oposición", concluye.

Por cierto, Rajoy dijo que se iba a mantener neutral pero no ha sido así. Se mantuvo fiel a su palabra en la primera fase de las primarias. Cuando pensó que Alberto Núñez Feijóo y sus dos colaboradoras se iban a enfrentar. Entonces no quiso decantarse por nadie. Pero todo cambió tras la votación de los afiliados el pasado 5 de julio. Entonces se coló en la final el nombre de Casado.

"Una cosa es que esté su niña al frente y otra bien distinta es que el partido lo presida el niño sin experiencia", cuentan algunos de los que le rodean. Así que para evitarlo, empezó a pedir de forma discreta que se reivindicará la candidatura de unidad que tanto ha reclamado Santamaría. Unas gestiones que, visto los resultados, no tuvieron ningún éxito.

En definitiva, los nervios van a más porque en las filas populares lo ven "todo muy abierto". Según con quien se hable, se anuncia "un PP muy de derechas o moderado", se da a elegir entre "uno renovado o con los mismos". La cuestión es que está dividido y el partido ve a sus candidatos "muy empatados".

"Uno puede ganar al otro por 150 o 200 votos de diferencia", comentan bastante preocupados. Piensan que puede ser por un margen estrecho que haga que la unidad sea una utopía y condene al PP a la oposición. Hay quien asegura que, al final, será cuestión de territorios. Temen un vuelco que lo cambie todo en el último minuto. Por eso están muy pendientes de lo que ocurra en Aragón y Extremadura. Consideran que pueden ser dos comunidades decisivas a la hora de inclinar la balanza.