Los 87 migrantes que acoge España después de que ni Italia ni Malta quisieran dar puerto de atraque al barco de una ONG española en el que viajaban han llegado a primera hora de esta mañana a Algeciras. Nada más llegar y ser atendidos se les ha trasladado a uno de los nuevos centros de atención temporal (CATE) dispuestos allí. Son dos amplías naves, una con literas y un consultorio médico donde encontramos a la policia científica tomando fotografías y huellas para identificar a cada uno de los migrantes trasladados por el Open Arms ante la atentada mirada de otras jóvenes llegadas ayer en patera. Nada más pasar el trámite policial, Murtada, un ingeniero de 39 años natural de una localidad al sur de Darfour, atiende a la Cadena SER. Salió huyendo de la situación de Sudán con sus dos hijos, Mohanet,de 13 años, y Badar, de 14. Ya identificado por la policía en el interior de este centro al que ha podido acceder la Cadena SER, relata que salió en julio del año pasado de Sudán y que en Libia fue víctima de un infierno. «Hemos visto a gente que que se morían y los tiraban por ahí, los torturaban, los engachaban con cables, y también chantajeaban a sus parientes bajo amenaza de ejecución», así cuenta lo que vivió junto a sus hijos cuando estuvo detenido como si fuera un esclavo. Espigado y sonriente, se ha convertido en todo un líder en esta travesía de una semana en el Open Arms a cuya tripulación está muy agradecido. Hoy está pletórico porque, dice, ha cumplido un sueño. «Siento mucha ilusión, es un sueño venir aquí a España», dice. El sueño de llegar a un país seguro donde sus hijos puedan estudiar y por qué no, bromea, triunfar en Barça. Ya ha manifestado a ACNUR que pedirá asilo. La mayoría de migrantes llegados a Algeciras proceden de Sudán, hay también un egipcio, un sirio y un gambiano. María José Martinez, inspectora jefa de la brigada de extranjería de Algeciras, presente en la visita a este centro de la barriada de Campamento en San Roque, adelanta que una vez pasado el trámite de identificación en el que ya se les ha asignado un NIE espera que esta tarde puedan salir. «Como máximo pueden estar 72 horas, en este caso concreto estas personas saldrán incluso hoy mismo. Estarán listos y ya dependen del Ministerio de Empleo, estamos en contacto con ellos para buscar las plazas», explica. La inspectora asegura que, en estos casos, lo prioritario es atender las necesidades asistenciales de los inmigrantes. El proceso es simple: «en caso de que no haya ningún problema de salud, los pasamos al comedor y, una vez terminan de alimentarse, pasan a la zona de identificación». Sobre la recepción de los migrantes, la Comisión de Ayuda al Refugiado pide un protocolo de atención unitario. Que el modelo utilizado para los inmigrantes de Aquarius no se quede en una sola vez. Estrella Galán, secretaria general de CEAR, asegura que “es necesario que no se generen migrantes o refugiados de primera o de segunda en función de la embarcación a la que lleguen o al puerto en el que desembarquen, y que todos reciban un tratamiento igualitario, transparente, ajustado a la legislación vigenete y garantizando el derecho de asilo”.