El Gobierno eliminará el veto del Senado a través de una proposición de ley
La iniciativa se registrará mañana en el Congreso para que la Ley de Estabilidad Presupuestaria quede reformada en el plazo de dos o tres meses, según las fuentes socialistas consultadas
Madrid
El Gobierno ha decidido a última hora de esta noche la fórmula legal para reformar el artículo 15.6 de la Ley de Estabilidad Presupuestaria que obligaba a que la senda de estabilidad sea votada en el Congreso y en el Senado. Para evitar el veto del senado, donde el PP tiene mayoría absoluta, el grupo popular debe hacer esta reforma legal. La duda del Ejecutivo era si hacerlo mediante un decreto ley, fórmula polémica, o por la vía de una proposición de ley, que finalmente es la vía elegida.
La eliminación del veto del Senado era una de las condiciones que ponía Unidos Podemos al Gobierno para apoyar la senda de estabilidad. A la espera de decidir la vía definitiva, el Ejecutivo eliminó del orden del día del consejo de ministros de este viernes la aprobación de la senda de déficit.
Este retraso obedece a las dudas legales que genera dentro del Gobierno la reforma del artículo 15 de la Ley de Estabilidad presupuestaria que Unidos Podemos exige para apoyar la nueva senda de déficit y deuda públicos.
Hacienda no se decantó anoche en la reunión con Podemos por ninguna fórmula para orillar el veto del PP en el Senado y se quedó en estudiarlo en estos días. En ese marco, se sitúa ahora este retraso.
Fuentes oficiales del Ejecutivo aseguran a la Cadena SER que no se renuncia a la senda fiscal que ya se había fijado en julio y que se aprobará en alguna de las reuniones del gabinete en las próximas semanas. En Hacienda aseguran que los objetivos de estabilidad fijados para 2019-20 y 2021 son precisamente los que permiten reducir el déficit público sin perjudicar el crecimiento.
Casi tan importante como los acuerdos son las relaciones de respeto y confianza que se pueden crear en este tipo de negociaciones. Y la de ayer entre el Ministerio de Hacienda y Podemos no fue ajena a esta circunstancia más allá de las cuestiones de fondo que se vayan concretando.
En estos años ha habido muchos episodios de desconfianza mutua entre dos partidos que se mueven en el mismo espectro político frente a la derecha y los interlocutores consultados notaron que hay algo que ha cambiado. La reunión fue seria, ágil, intensa y más fructífera de lo que ambas partes esperaban. Y lo fue porque el clima fue bueno y puede ser clave para futuros encuentros que pueden desembocar en el pacto final.
Se habló mucho tiempo de asuntos clave del Estado del Bienestar que han sufrido recortes en los últimos años, como educación y sanidad, prestando mucha atención en anular el copago farmacéutico que Podemos quiere eliminar completamente y que el Gobierno ve bien.
Se analizó también la ley de dependencia y su insuficiente dotación presupuestaria para que ese derecho alcance a más personas. Hablaron algunos minutos de la ampliación de los permisos de paternidad y maternidad sin entrar al fondo de las visiones de ambos partidos y no se trató el capítulo de los ingresos, es decir, la creación de más impuestos para poder dedicarlo a servicios e infraestructuras públicas.
El diálogo sigue y la receptividad por ambas partes es buena, se formalizarán los equipos de negociación para cada tema con un factor importante que está sin estar: la buena relación personal que se ha reforzado en los últimos meses entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.
Nieves Goicoechea
La mayor parte de mi carrera la he desarrollado en la radio. También “conocí el poder por dentro” como...