Ni es una medida inmediata ni obligatoria: así es el importante acuerdo sobre las pensiones

¿En qué consiste el acuerdo?

Madrid

Este acuerdo, o principio de acuerdo como han matizado los grupos del Pacto de Toledo –por ejemplo, ERC quiere examinarlo antes de dar luz verde, es un texto lo suficientemente ambiguo para contentar a todo el espectro político. Permite toda clase de interpretaciones gracias a una redacción abierta.

Por un lado, el texto dice que el mecanismo que preserva el poder adquisitivo de los pensionistas es la actualización anual en base del IPC real, lo que se ajusta a las tesis que ha venido defendiendo la izquierda. Pero por otra parte, dos párrafos más adelante, se habla de recuperar los consensos de 2011. Y en esos consensos o recomendaciones se permitían introducir otros factores, además de los precios, en casos de crisis, como venía sugiriendo las derechas parlamentarias.

Lo que sí hace el principio de acuerdo es desautorizar la reforma de 2013 acometida en solitario por el gobierno del PP asegurando que, una de sus piezas fundamentales, esa revalorización del 0,25% en tiempos de crisis, no goza del suficiente consenso político y social. Además los grupos han pactado exigir a los gobiernos futuros que cualquier cambio sobre revalorización debe ser consultado y debatido en el seno del pacto de Toledo.

Un camino largo para concretar los detalles

Primero los grupos tienen que terminar todas las recomendaciones. Esta, en la que llevan encallados mucho tiempo, es solo una de las recomendaciones del Pacto de Toledo pero quedan otras 20 que hay que pactar referidas a todo el espectro del sistema de pensiones. Por ejemplo, financiación, fondo de reserva, lucha contra el fraude, gestión del sistema… Quedan semanas de negociación para presentar el paquete completo al Gobierno.

Cuando esas recomendaciones estén aprobadas, tendrán ese carácter con el objetivo de inspirar al Gobierno para elaborar la legislación correspondiente, pero ahí el Ejecutivo tiene que tener el diálogo correspondiente con agentes sociales, con patronales y sindicatos. Lo de hoy no es una medida ni de aplicación inmediata ni obligatoria, sino que más bien expresa el sentir en este momento del Parlamento y, por tanto, el Gobierno tendrá que tenerlo en cuenta cuando haga sus proyectos legislativos si quiere que sean respaldados por el Congreso según su actual configuración.

Hasta ahora había un acuerdo puntual para los presupuestos

Lo que habían pactado PP y PNV hace unos meses, y que ahora está ejecutando el Gobierno de Sánchez en esos presupuestos heredados, era una medida para salir del paso este año y el que viene ante las protestas de los pensionistas que hacían inviable mantener ese mecanismo del 0,25% de la reforma de 2013. Se acordaron unas subidas para 2018 y 2019 del 1,6% pero eso era un pacto por dos años, no un sistema. Además fue superado muy pronto por la escalada de los precios. Lo que el Pacto de Toledo deja ahora en bandeja al Gobierno es aprobar un nuevo método automático para no tener que ir acordando subidas presupuesto a presupuesto. Es un sistema como el que existía antes de 2013, el de que hay que subir las pensiones conforme al IPC y, si luego la realidad de la subida de los precios supera a la previsión, compensar a los pensionistas con un paga especial por el dinero que han perdido en los meses pasados y una subida adicional para ajustar las pensiones a los precios.