Ciencia y tecnología
Redes sociales

Así funciona la primera "red social" de cerebros conectados

Una investigación logra conectar a tres personas en una red para compartir pensamientos básicos

Así funciona la primera red social cerebro a cerebro. / Getty Images

Madrid

Mientras que Google cierra su red social después de dejar expuestos los datos de más de 500.000 usuarios y Facebook continúa perdiendo fuelle ante otras plataformas como Instagram, la ciencia continúa dando nuevos pasos hacia un nuevo tipo de comunicación. Después de que un grupo de investigadores de la Universidad Purdue desarrollara una tecnología para enviar mensajes a través del tacto, la Universidad de Washington ha llegado a un nuevo nivel.

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Recientemente, un equipo de neurocirujanos de la Universidad de Washington ha creado BrainNet. Una red social, la primera cerebro a cerebro, que permite a varios sujetos colaborar y resolver tareas mediante la comunicación directa entre sesos. Todo gracias a una combinación de electroencefalogramas (EEG), que mide la actividad eléctrica del cerebro, y a la estimulación magnética transcraneal (EMT), donde las neuronas se estimulan mediante los campos magnéticos.

La primera red social cerebro a cerebro

Según explica el investigador de la Universidad de Washington en Seattle (Estados Unidos) Andrea Stocco, todo comenzó en 2015. Por aquel entonces, su equipo de investigación aprovechó ambas técnicas (EEG y TMS) para conectar a dos personas mediante una interfaz de cerebro a cerebro. Gracias al éxito de este experimento, los investigadores quisieron llegar más lejos.

Desde entonces, el equipo ha estado trabajando para crear la primera red social de cerebros conectados del mundo. Tras varios años de trabajo, lo han conseguido. Tal y como relatan en su estudio, BrainNet permite a un pequeño grupo de personas participe de un juego colaborativo que se asemeja al Tetris.

Así funciona

Para registrar la actividad eléctrica del cerebro de cada individuo, los investigadores colocaron una serie de electrodos en el cráneo de los voluntarios. Gracias a ello, el EEG pudo detectar con relativa facilidad cómo las personas modificaban las señales producidas por su cerebro. Según cuentan los desarrolladores de BrainNet, el cerebro emite diferentes señales eléctricas en base a lo que el usuario percibe.

Como ejemplo para explicar esta técnica, los investigadores explican que al observar una luz parpadean a 15 hercios (Hz), el cerebro emite una fuerte señal eléctrica con la misma frecuencia. Mientras tanto, si el usuario dirige su atención a otra luz intermitente a 17 hercios, la frecuencia de su señal cerebral también cambia.

Mientras tanto, la EMT se encargó de manipular la actividad cerebral al inducir una determinada actividad eléctrica en áreas concretas del cerebro. Gracias a la combinación de ambas, el equipo ha sido capaz de desarrollar una tecnología que permite tanto enviar como recibir señales directamente hacia y desde el cerebro. En concreto, los investigadores fueron capaces de conectar a tres personas: mientras que dos de ellas pueden permitir información y la tercera es capaz tanto de recibirla como de emitir la suya propia.

El Tetris colaborativo

Tras desarrollar esta tecnología, los investigadores llevaron a cada uno de los individuos a una sala distinta. A continuación, el grupo tuvo que resolver un juego similar al Tetris mediante el que tuvo que rotar cada bloque para que encajara en un espacio determinado.

El tetris colaborativo. / Arxiv.org

Mientras que los dos remitentes podían ver toda la pantalla, el receptor tan solo podía ver las piezas mientras caían. Por lo tanto, los remitentes tuvieron que indicar al receptor a través de las conexiones cerebrales si rotar o no la pieza para que quepa en la ranura. Para que esto fuera posible, los emisores tuvieron que emitir diferentes ondas cerebrales, que llegarían hasta el receptor para que llevara a cabo distintos movimientos.

Cada vez que el emisor quería que el receptor girara la pieza, tan solo tenía que enfocar sus ojos en el lado derecho de la pantalla. Una vez hecho esto, una luz LED parpadearía a 15 Hz, provocando las ondas cerebrales necesarias que llegarían al receptor tras pasar por el EEG y el EMT. Gracias a ello, el receptor recibiría un punto de luz en su campo de visión cada vez que su compañero quisiera que rotara el bloque.

El receptor recibía una luz blanca cuando tenía que rotar la figura. / Arxiv.org

Tras la finalización del estudio, los investigadores dieron a conocer que los grupos pudieron completar el juego con una procesión promedio del 81,25%. Por lo tanto, y a pesar de que tan solo se trate de un prototipo, BrainNet muestra cómo los cerebros pueden colaborar para hacer frente a un mismo problema.

David Justo

David Justo

(Astrabudua, 1991) Periodista especializado en tecnología y buscador de historias virales e inverosímiles...

 
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