El Ayuntamiento de Lisboa suspende la apertura de nuevos pisos turísticos en el centro histórico de la ciudad
No se podrán abrir nuevos pisos turísticos en Alfama, la Mouraria, Castelo, Madragoa, y el Bairro Alto
Lisboa
En los últimos años Portugal se ha convertido en uno de los destinos favoritos de los turistas extranjeros. La popularidad internacional de ciudades como Lisboa y Oporto ha sido clave en la recuperación económica del país vecino, pero también ha tenido un impacto menos favorable sobre el mercado inmobiliario debido al aumento dramático del número de apartamentos turísticos en los centros históricos de estas ciudades.
Las zonas más emblemáticos de la capital lusa son las que más sufren por este fenómeno, ya que en distritos como Santa Maria Maior –que engloba barrios como Alfama y la Baixa Pombalina– el 34% de las propiedades constan en el registro de pisos turísticos. En la Mouraria y Castelo, el icónico barrio que surge en torno al famoso Castillo de San Jorge, cientos de ancianos han sido desahuciados de sus casas por inmobiliarias que buscan reconvertirlas en AirBnb.
Ante la situación dramática, el viernes el Ayuntamiento de Lisboa decretó la suspensión de la emisión de nuevas licencias para pisos turísticos en cinco de los barrios más conocidos de la ciudad. Queda prohibido abrir AirBnb adicionales en los barrios de Castelo, Madragoa, la Mouraria, Alfama, y el famoso Barrio Alto.
La medida se fundamenta en la recién aprobada ley que da a los municipios la potestad para limitar el número de pisos turísticos en aquellas zonas que consideran saturadas. Aunque la suspensión todavía no ha entrado en efecto, fuentes del Ayuntamiento indican que si hay modificaciones en su aplicación, será con la intención de ampliar la suspensión para que ampare otras zonas de la ciudad que sufren de un exceso de presencia turística.
La suspensión intenta responder a las demandas de una ciudadanía cada vez más harta de la llamada 'barcelonización' de la capital lusa. En los últimos años el Ayuntamiento ha insistido en la importancia del turismo para la economía de la ciudad y apoyado propuestas que incrementarían la capacidad de acoger a mayores números de visitantes extranjeros; el alcalde de Lisboa, el socialista Fernando Medina, celebró la apertura de un nuevo puerto de cruceros y ha mostrado su apoyo a la construcción del polémico segundo aeropuerto de Lisboa, que se edificará cerca de una reserva natural al otro lado del Tajo, en Montijo.
Pese a ello, Medina y el resto de la corporación municipal se han visto obligados a actuar ante la avalancha que ha hecho que el número de turistas supere el número de residentes habituales en distritos como Misericórdia, donde se registran 127 turistas por cada 100 habitantes. También han tenido que actuar para responder a la presión ejercida por muchas de las juntas distritales, entre ellos Miguel Coelho, presidente de la Junta de Santa Maria Maior, que ha exigido la toma de medidas ante los desahucios registrados en la zona sobre la que gobierna.
"No hay residente de Alfama o la Mouraria que no haya visto a al menos un familiar obligado a abandonar su casa por esta presión", declaró Coelho ante los medios lusos. "Si no se hace algo, pronto no quedarán lisboetas en Lisboa".