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Caídas en bolsa, aranceles, quiebras... ¿se está gestando otra crisis económica?

Hay advertencias sobre una "desaceleración económica global", unos mercados que parecen ir por su cuenta y un cambio de modelo económico que está provocando la caída de gigantes con más de un siglo de historia

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Madrid

Hace justo un mes se cumplió el décimo aniversario de la caída de Lehman Brothers, el acontecimiento que aceleró la última crisis económica internacional. Una década después todavía no nos hemos recuperado plenamente de los efectos de aquella recesión y comienzan a surgir señales de alerta que apuntan a la posible llegada de un nuevo ciclo negativo cuya dimensión desconocemos. Pocas áreas de la actividad humana ignoran tanto sus errores como lo hace la economía porque desde la crisis de los tulipanes –la primera gran burbuja financiera, las crisis económicas se han venido repitiendo de una forma más o menos cíclica, especialmente en las últimas décadas en las que esa secuencia se ha acelerado hasta prácticamente encadenar una tras otra sin respiro: la crisis financiera asiática del 97, con la crisis de las puntocom en 2000 y esa caída de Lehman Brothers en 2008.

La pregunta es cuánto tardará en llegar la próxima crisis o si ya se está gestando. De momento, el Fondo Monetario Internacional acredita que estamos ante una desaceleración de la economía mundial. El economista jefe del fondo, Maurice Obstfeld habló de una economía de altibajos y desigual que les lleva a revisar dos décimas a la baja la previsión de crecimiento de la economía global que el propio fondo había proyectado en abril. Por dos motivos fundamentalmente: la guerra comercial emprendida por Estados Unidos y las políticas monetarias a un lado y otro del Atlántico que están afectando a las economías de los países emergentes. Eso al margen, dice el Fondo, de que se produzcan más perturbaciones negativas, según el fondo.

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El economista Santiago Carbó no es pesimista. “El FMI intenta señalar las cautelas para el futuro, no se puede hablar de una situación como la de hace diez años, pero sí hay un nivel preocupante de deuda pública, por ejemplo en países emergentes, pero también en Italia. La desaceleración es lógica tras años de crecimiento, incluso en nuestro país que llevamos creciendo al 3% durante varios años”, explica. Además, los ciudadanos no están tan endeudados como hace diez años.

Sin embargo, Carbó sí atisba fuentes de inestabilidad financiera. “Puede ocurrir un accidente si con el brexit no hay acuerdo, con una subida acelerada del petróleo o ante la falta de confianza inversora sobre todo en títulos de deuda”. La guerra comercial de Trump también está dejando ya ver sus efectos. “Tiene peso porque las exportaciones que han sido el gran motor para muchos países no tienen la fortaleza de antes, aunque no se hayan aplicado al extremo sus amenazas, solo con el mal rollo de la economía mundial ya ha influido”, añade.

En España, por ejemplo, ¿hay riesgo de otro estallido inmobiliario? El economista no percibe este peligro. “El grado con el que ahora se conceden hipotecas o se hace promoción inmobiliaria no tiene nada que ver con hace diez años. Estamos viendo el papel de fondos en las grandes ciudades o plataformas de alquiler turístico, pero no hay una burbuja crediticia”.

Tres hechos relevantes

Tres casos refuerzan la idea de que vuelven los nubarrones a la economía mundial. El primero es la decisión de Cepsa de paralizar su salida a bolsa prevista para el próximo jueves. El fondo estatal de Abu Dhabi propietario del 100% de la petrolera ha decidido suspender la operación ante la incertidumbre económica mundial reinante, según ha admitido la propia compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Es la tercera gran salida a bolsa que se suspende en las últimas tres semanas por las dudas que genera la marcha de la economía global.

Cepsa barajaba un precio de salida de entre 13,1 y 15,1 euros por acción, pero la demanda existente no permitiría llegar a los 10 euros, lo que significa valorar la compañía por debajo de lo previsto. La semana pasada, responsables del fondo se reunieron con los bancos encargados de colocar las acciones y se decidió 'parar máquinas' ante las advertencias de los representantes de Morgan Stanley, BBVA y UBS, entre otros. Fuentes de la operación han asegurado a la Cadena SER que en esa reunión se llegó a decir que "no gustaba el feeling de esta operación". Aunque hay otra razón más que explica esta marcha atrás de los dueños de la petrolera. Fuentes conocedoras de la operación han asegurado a la SER que también hay "malestar político" con España. Esas fuentes admiten que las relaciones entre nuestro país y Arabia Saudí han generado "recelos" entre los inversores de Emiratos Árabes. Fuentes de la operación admiten “recelos” sin más concreciones.

Santiago Carbó descarta esta hipótesis. "Los inversores no se mueven por este tipo de razones, por recelos. Con una bolsa que cae, una falta de apetito inversor, sin ventana de oportunidad en los mercados, ha sido una razón de precio. Han probado cómo estaba el agua de la playa y han retirado la operación", asegura.

El segundo hecho relevante del día es el hundimiento en bolsa de una compañía como el grupo de supermercados DÍA a pesar de que sigue en beneficios. Su previsión es obtener entre 350 y 400 millones de euros de beneficio bruto este año frente a los 568 de 2017. Un descenso provocado por una bajada de las ventas y el incremento del gasto que ha puesto nervioso a los inversores hasta provocar una caída superior al 42% en la sesión de hoy. Al comienzo de este lunes, el valor de las acciones de DÍA era de 1,89 euros. A las seis, al cierre de la sesión, valían poco más de un euro. “Probablemente no se puede descartar comportamiento especulativo. El sector del supermercado está en un momento muy difícil por las compras por internet, si ven que incrementan gastos y no ventas. No se ven ganancias futuras ante la ausencia de una gran plataforma online. Son datos pobres de ventas y eso ha hecho que los inversores reaccionen”, aporta el economista en ‘Hora 25’.

El tercer hecho relevante constata un cambio de modelo social y comercial pero que ayuda a dibujar el panorama completo de la situación económica del planeta. Es la quiebra de uno de los gigantes de la distribución en Estados Unidos: la cadena Sears. Estos grandes almacenes norteamericanos, con más de 125 años de antigüedad, se han declarado hoy en quiebra. Sears es una especie de El Corte Inglés del comercio minorista que ha sufrido la competencia, primero, de otros almacenes, y ahora de compañías como Amazon, que reinan las compras online también de productos frescos.

¿Cómo lo afronta España?

Hay advertencias de "desaceleración económica global", unos mercados que parecen ir por su cuenta y un cambio de modelo económico que está provocando la caída de gigantes con más de un siglo de historia ¿Cómo afronta España este contexto? Existe una primera referencia en el cuadro macroeconómico sobre el que el Gobierno ha elaborado el proyecto de presupuestos que ahora deberá revisar Bruselas. Ese documento revisa a la baja la previsión de crecimiento de España. Lo rebaja en una décima este año y el que viene, hasta el 2,6% y el 2,3% respectivamente. Una moderación del Producto Interior Bruto que el gobierno justifica por la caída de las exportaciones de un punto y medio este año y algo más de un punto porcentual el año que viene.

El Gobierno dice que España no es ajena a los vaivenes de la economía mundial. La ministra Calviño ha citado la subida del precio del petróleo, la inestabilidad en los países emergentes, el brexit, la falta de confianza inversora y las exportaciones. Por ejemplo, la venta de la aceituna negra ha caído en agosto un 70% por los aranceles en EEUU. “Se producen correcciones cuando se ve que la economía cambia la tendencia”, analiza Santiago Carbó, que no descarta más revisiones a la baja. “Hay que esperar para ver qué pasa porque puede ser que tengan que bajar las previsiones. Pero la economía europea tiene signos de fortaleza, hay una desaceleración pero no va a pasar de ello. El punto fuerte de España son las exportaciones, ganaron cuota en el mercado global sin hacer mucho en el ámbito tecnológico. Y lo de siempre, el turismo, el sol, un buen país de servicios”, concluye.

 
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