Más de la mitad de las personas tiene dificultad para llegar a fin de mes

Madrid

El riesgo de pobreza y exclusión social ha caído por cuarto año consecutivo en España, para situarse en el 26,6%, que supone unas 12.338.187 personas. Un descenso de 1,3 puntos porcentuales con respecto al año anterior, lo que supone unas 600.000 personas que dejan de estar en riesgo de pobreza y/o exclusión social.

Así lo desprende el 8º Informe de Seguimiento del indicador de riesgo de pobreza y exclusión social en España 2008-2017, elaborado por la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en el Estado Español (EAPN-ES) con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). El informe utiliza la tasa AROPE (At Risk Of Poverty and/or Exclusion), que es la estandarizada en la Unión Europea.

Estos datos, si los analizamos aisladamente, son positivos. Sin embargo, desde el estallido de la crisis este indicador se ha incrementado 2,8 puntos. En términos absolutos, en el año 2008 había 11 millones de personas en riesgo de pobreza y en 2017 hay 12,4 millones, es decir, 1,4 millones de personas más.

España se encuentra dentro de la estrategia EU 2020, que consiste en rebajar entre 1,4 y 1,5 millones de personas en riesgo de pobreza en relación al año 2009. Para cumplir ese objetivo europeo, en dos años, 2,3 millones el número de personas deberían dejar de estar dentro de la tasa AROPE. "El objetivo social especificado en la estrategia está lejos de cumplirse", señala la EAPN.

La reducción en el año 2017 está causada fundamentalmente por la disminución registrada entre las personas de 0 a 59 años que viven en hogares con baja intensidad de empleo (BITH), que ha bajado 2,1 puntos.

El organismo denuncia que las condiciones de vida de las personas pobres se han agravado en este periodo de mejora macroeconómica. "La mejora del PIB y la reducción de la pobreza no van de la mano. Cuando amenaza crisis, los daños comienzan siempre por la población pobre y, cuando se controla, ésta es la última en beneficiarse", sentencia el informe.

El estudio destaca que más de la mitad de los hogares tienen difucultad para llegar a fin de mes. Si antendemos a las personas dentro del umbral de la pobreza, el 23,7% tiene muchas dificultades, el 26,3% tiene dificultades y el 30,0%  cierta dificultad. Respecto a las personas fuera del umbral de la pobreza, el 5,6% tiene mucha dificultad, el 12,7 % dificultades y el 27,7 % cierta dificultad.

Entre los mayores de 65 años aumenta el riesgo de pobreza, aunque los más castigados siguen siendo los jóvenes

El organismo se pregunta dónde está la recuperación, ya que, respecto al año 2008, las personas de 65 o más años han perdido un 3,8 % de su renta media real, las personas que viven en hogares monoparentales un 4,7 %, las mujeres un 10,9 %, las personas ocupadas un 13,2 %, las personas con educación superior un 15,9 % y las personas en desempleo un 25,9 %.

A pesar de estar lejos de alcanzar los datos precrisis, la tasa AROPE se redujo para todos los grupos de edad, excepto para la población mayor de 65 años, que ha pasado del 14,4% en 2016 al 16,4% en 2017.  El informe advierte de la "enorme" diferencia con la que el riesgo de pobreza y/o exclusión afecta a las personas según la edad, con distancias en algunos casos superiores a los 18 puntos porcentuales.

Respecto a la diferencias por género, es la primera vez en los últimos 7 años que la tasa AROPE femenina (27,1 %) es superior a la masculina, que se ha reducido en dos puntos respecto a 2016. En total, hay 6,4 millones de mujeres en riesgo de pobreza frente a 5,9 millones de hombres

Las personas pobres lo son aún más

El aumento de las tasas de pobreza severa y de la brecha de pobreza indican un claro empeoramiento de las condiciones de vida de las personas más pobres.  La pobreza severa es aquellas personas que están por debajo del 30% de la mediana de renta, es decir, aquellos hogares cuyo total de ingresos es inferior a 4.261 euros anuales. En 2017 se sitúa en el 6,9% de la población, el segundo máximo histórico.

Además, la brecha de pobreza también ha aumentado y se sitúa en el 32,4 %, cifra que también es la segunda más alta desde que se mide el indicador. "La población es mucho más pobre de lo que era, no sólo con respecto al año 2009, sino en el 2014, fecha del supuesto inicio de la recuperación", resalta el informe.

Pobres con título de educación superior

El informe revela que el 13,8% de la población pobre (1,7 millones) tiene educación superior, lo que suma más de un tercio de población pobre mayor de 15 años con un nivel educativo medio o alto. Este grupo vuelve a aumentar de tamaño en detrimento de la población con estudios bajos, que se reduce.

"La salida de la crisis está elevando el perfil educativo de las personas pobres y esta cuestión se refleja muy claramente cuando se comparan los estudios de la población pobre en el año 2008 y en el 2017", señalan los autores.

El grupo de personas con nivel educativo medio o alto pasó de ser el 30% de la población pobre mayor de 15 años a ser el 35,8%, mientras que la suma de los dos niveles educativos bajos se redujo desde el 70% hasta el 64,2%.