May y los líderes europeos abren la puerta a una transición más larga para el brexit
La cumbre del brexit acaba sin acuerdo. Lo único concreto es que se abre la puerta a ampliar un año más el periodo transitorio en el que Reino Unido estará ya formalmente fuera de la Unión, pero sujeto a las normas comunitarias
Madrid
Más tiempo y más paciencia. Ese es el resumen de la cumbre sobre el brexit celebrada este miércoles y que acabó bien entrada la noche. Ni ruptura ni acuerdo, como adelantó horas antes en la SER el embajador británico en España en una entrevista con Pepa Bueno.
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La cumbre terminó sin nuevas citas, sin nuevos plazos, aunque la cuenta atrás para la salida el próximo marzo sigue activada. La pelota sigue en el tejado británico, que debe aceptar cómo gestiona la frontera entre las Irlandas una vez que se hayan ido y Reino Unido sea para Europa una frontera exterior. Lo único concreto que sale de la cumbre es que se abre la puerta a ampliar un año más el periodo transitorio en el que Reino Unido estará ya formalmente fuera de la Unión, pero sujeto a las normas comunitarias.
Este periodo, originalmente previsto entre el 30 de marzo de 2019 y el 31 de diciembre de 2020, se alargaría hasta la Nochevieja de 2021, una perspectiva que generará rechazo por parte del ala más dura del partido de May por tratarse de una etapa en la que el Reino Unido seguiría sujeto a las normativas europeas sin tener voto en las decisiones a nivel continental.
Theresa May dice que todavía es posible el acuerdo y Michel Barnier, negociador comunitario, pide paciencia. El tono ha sido más conciliador que en encuentros anteriores, y contrasta con las duras declaraciones del presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, quien dijo este martes que el escenario de un brexit sin acuerdo era "más probable que nunca".
La cuestión irlandesa
El obstáculo principal en las próximas semanas seguirá siendo la cuestión irlandesa, ya que ambos bloques quieren evitar una frontera física entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda pero no se ponen de acuerdo en cómo hacerlo. El plan provisional acordado en diciembre de 2017 se basaba en la promesa de Londres de que "salvo que se encuentre otra solución", Irlanda del Norte mantendría "una total consonancia con las normas del mercado único de la UE y la unión aduanera".
No obstante, el Partido Democrático Unionista (DUP) de Irlanda del Norte, socio clave del Gobierno conservador británico, se opone frontalmente a que esta región quede en condiciones diferentes a las del resto del Reino Unido tras el "brexit", por lo que May planteó crear un mercado común de bienes británico-comunitario con equivalencia regulatoria, propuesta que rechazan los Veintisiete.