La inteligencia de EEUU cree que el príncipe saudí está implicado en la desaparición del periodista
Altos funcionarios del gobierno saudí llevan meses tramando un plan para que Jamal Khashoggi, residente en EEUU, volviera a Riad. El periodista se había negado
Washington
Las agencias de inteligencia de Estados Unidos no tienen todavía evidencias directas de la participación de Mohamed Bin Salman en el asesinato del periodista Jamal Khashoggi pero sí tienen indicios de su implicación. Según funcionarios estadounidenses citados por el New York Times, los servicios de espionaje tienen constancia que al menos 15 agentes de la seguridad personal del príncipe heredero fueron enviados a Estambul. Estos agentes salieron de Turquía en los días posteriores a la desaparición de Khashoggi, el dos de octubre.
Estas fuentes revelan comunicaciones interceptadas a oficiales saudíes discutiendo un plan para detener al periodista, antes incluso de que entrara a la embajada saudí en Estambul. Allí, según las autoridades turcas, fue torturado, drogado, asesinado y desmembrado. Según el Washington Post, periódico del que era columnista, en los últimos meses el príncipe saudí ordenó una operación para hacer que Khashoggi, que vivía en Virginia, al sur de Washington, volviera a Arabia Saudí. En septiembre un alto cargo, cercano al príncipe, le llamó para ofrecerle un trabajo importante en Riad, que el periodista rechazó.
El nivel de control del príncipe saudí sobre los servicios de seguridad y la guardia real es absoluto, por lo que es "altamente improbable que se realice una operación de esta magnitud" sin su consentimiento, dicen los funcionarios citados.
Estas mismas fuentes aseguran que Donald Trump quiere acordar una versión de los hechos con el gobierno saudí que no implique al príncipe heredero. Trump ha calificado al país del golfo como su "mejor aliado en Oriente Próximo" y uno de los mayores inversionistas extranjeros en la historia de Estados Unidos, refiriéndose a los acuerdos comerciales bilaterales, sobre todo al comercio armamentístico. Arabia Saudí, oportunamente, pagó a Estados Unidos 100 millones de dólares el día que Pompeo llegó a Riad en concepto del apoyo estadounidense a la estabilización en el norte de Siria.
Los servicios de inteligencia estadounidenses están preparando un informe que entregarán al presidente Trump en las próximas horas. Los senadores, republicanos y demócratas, ya están pidiendo a la Casa Blanca acceso a esa información clasificada.