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Mamá, papá, ¿por qué los hombres matan a las mujeres?

La psicóloga Silvia Álava ofrece algunas pautas para saber cómo explicar a los niños qué es la violencia machista

Los niños comparten sus inquietudes si les dejamos espacio para hacerlo.(Getty Images)

Una escena habitual en casa es una televisión puesta mientras un informativo explica la actualidad. O la radio encendida en el coche o los adultos comentando alguna noticia llamativa. Cerca de un millar de mujeres han muerto en España a manos de hombres desde 2003, año en el que comenzaron las estadísticas. No fue hasta 2013 cuando empezaron a contabilizar tanto a los huérfanos de la violencia machista como a los menores asesinados.

La realidad llega a los oídos de los niños y adolescentes de muchas maneras. Unas veces preguntan y otras no. Introducirles el concepto de violencia machista dependerá de la edad que tengan, pero sí existen unas pautas comunes para hacerles entender de qué hablamos cuando nos referimos a los malos tratos tanto psicológicos como físicos. La violencia no conoce fronteras, límites ni edades. Y la familia juega un papel fundamental para un aprendizaje seguro y veraz.

Cuando los hombres se creen superiores

La psicóloga Silvia Álava recomienda comenzar a explicar a los niños qué es la violencia machista de una forma sencilla y esperar las preguntas que puedan hacer. “Me sentaría con él o ella y le contaría que hay determinados hombres que se creen mejor que las mujeres o que se creen que una mujer tiene que hacer lo que ellos quieran y para conseguirlo no les importa pegar o insultar”. Esa es la base. A partir de ahí se puede complicar todo lo que el pequeño interlocutor demande o esté dispuesto a escuchar.

Se puede insistir en la misma idea, explica Silvia, con otras palabras: “Hay hombres que están equivocados y piensan que ellos pueden mandar más sobre una mujer porque son más fuertes. Y que en un determinado momento y por conseguir su objetivo, no les importa pegar, insultar o faltar el respeto”.

Si es pequeño no es necesario explicarles que estos hombres pueden llegar a matar pero sí decirles que esa violencia puede llegar a hacer mucho daño. Otra pauta tiene que ver con insistir en que solo son algunos hombres, no todos los que piensan que son superiores. “No se trata de que cojan un miedo injustificado”, afirma.

Ninguna persona es superior a otra 

“Mejor esperar a que el niño vaya preguntando y adecuar la respuesta a su desarrollo cognitivo y familiar, a veces les contamos cosas que no pueden entender. Hay que dejar espacio para que pregunten y resolver sus dudas”.

Una de preguntas que pueden hacer es por qué los hombres piensan que son superiores. “Podemos decirles que asocian ser físicamente más fuertes con ser superiores y que, en ningún caso, podemos admitirlo. Que ningún ser humano es superior a otro. Ninguno.”, insiste la psicóloga.

“Si eres niña puedes pensar: es que fulanito es más fuerte que yo en el patio. Una cosa es que seas más fuerte que tú físicamente pero eso no significa que sea superior a ti ni a nadie”, continúa.

"Tú no puedes jugar al fútbol porque eres un niña"

Ponerle ejemplos suele funcionar a la hora de explicar conceptos complicados. En los patios de la escuela se forjan buena parte de los comportamientos futuros y de la forma de relacionarse con los demás. Todo un laboratorio de emociones.

¿Cuántas veces hemos escuchado eso de tú no juegas a la pelota que eres una niña? Enseñar a ser asertivos para evitar ser víctimas. Decirles a los hijos que si les pegan o les insulta, respondan y digan: no me gusta cómo me estás hablando o no me pegues o no me insultes y luego irte. “En el caso del fútbol, decir: claro que puedo jugar, las niñas pueden hacer las mismas cosas que los niños”, dice Álava.

El aprendizaje del respeto

Es fundamental decirles que la violencia machista es la ejercida contra las mujeres y que se da cuando no hay respeto, un valor que la sociedad debe poner en alza. Enseñarles a reconocer las emociones y a regularlas. “Puedes enfadarte, tener sensaciones desagradables pero eso nunca te va a dar derecho a gritar a pegar o a tener una conducta agresiva con otra persona. Hay que entender la emoción de la conducta. Por muy enfadado que estés nunca puedes utilizar la violencia ni dejar que la usen contigo”, asegura.

Para enseñar qué es la falta de respeto es útil poner ejemplos que les resulten cercanos. “Explicarles que cuando empujan, pegan o insultan a alguien les está faltando el respeto”. Y eso se demuestra con el ejemplo. No podemos decirles una cosa y hacer otra. Perder los nervios cuando no hacen lo que les dicen

La psicóloga pone también el acento en la necesidad de desmontar los mitos del amor romántico que la sociedad perpetúa en los más pequeños con los conocidos argumentos de películas y libros con princesas a la espera de ser rescatadas por príncipes. “Dejarles claro que no necesitan una media naranja, que son naranjas enteras”.

Por qué un cachete nunca es una buena idea

Los psicólogos insisten a los padres que a los hijos hay que decirles las cosas sin gritar, sin agresividad y sin violencia física. “Si quieres erradicar estos problemas de la sociedad tienes que empezar dando ejemplo desde pequeños. Tienen que vivir en el respeto y en la no violencia”.

El cachete nunca es una buena idea. “Si estamos hablando en todo momento de que lo importante es no utilizar la violencia y estás haciendo una conducta agresiva con tu hijo, estás demostrando que justificas esa agresividad. El cachete es una demostración de la violencia física y por eso debe de estar erradicado. Además hay algo muy estudiado. La violencia solo genera violencia”.

Maika Ávila

Maika Ávila

Periodista y autora de 'Conciliaqué. Del engaño de la conciliación al cambio real'. Ha formado parte...

 
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