La danza en España: precaria, inestable y autoexplotada

Madrid

"El panorama de la danza en España es desolador", palabras de Fátima Anllo, directora del Observatorio de Creación Independiente (OCI), que acaba de publicar un informe sobre la situación de las compañías independientes de danza en España en el que se analiza su situación desde 2013 hasta 2017.

El Observatorio sostiene en este informe que "los espectáculos de danza a lo largo del periodo de crisis han estado financiados en casi un 85% por las propias compañías, mediante la reducción de cachés y la disminución de sus salarios". Y añaden que las compañías que siguen en pie lo hacen "a costa de una gran precariedad, inestabilidad y auto explotación".

El estudio revela que las compañías de danza, tal como las entendíamos antes, apenas existen. Según Fátima Anllo, "hace años había un coreógrafo, un grupo artístico, profesionales de distribución y técnicos... y todo eso ha desaparecido y se ha quedado reducido a uno o dos creadores que recurren a espacios para crear proyectos y que contratan a otras personas cuando tienen bolos".

El estudio explica que la forma de trabajar habitual en estos tiempos pasa por "la cesión de la gestión a empresas de distribución o producción de artes escénicas que contratan al personal artístico y técnico de forma eventual los días en que haya función y se ocupan de la tramitación de subvenciones y resto de procesos administrativos". En 2013, esta fórmula era utilizada por el 33% de las compañías, mientras que en 2017 el 35,5% de las compañías recurren a este tipo de gestión externa.

El informe del OCI recoge algunos datos paradójicos: por un lado, aumenta el número de trabajadores en la danza respecto a 2013 (de 9,6 a 10,3 trabajadores por compañía) pero atribuyen este incremento a "una enorme fragmentación y precariedad de los trabajos realizados. Hay mayor número de trabajadores, pero estos trabajan menos días". Según el estudio, "los días contratados por trabajador se han reducido de 92 en 2013 hasta los 60 en 2017, una caída del 35%". Además, se reducen los contratos fijos (↓6,4%) y los eventuales (↓35,4%) y se registra hasta un 8% de colaboraciones sin retribución económica, mediante voluntarios y becarios que no cobran.

El informe también desmiente algunos tópicos y detalla que en 2017, en contra de esa idea extendida que "acusa a las compañías de danza de subsistir prácticamente gracias a la percepción de ayudas y subvenciones, estas obtuvieron por sus propios medios el 82,1% de sus ingresos. El 80,4% gracias a la venta de sus productos y servicios y el 1,7% por patrocinios y aportaciones de terceros. Tan solo el 17,9% de sus ingresos proceden de subvenciones: el 8,7% proceden del Estado, el 7,3 % de las comunidades autónomas, el 0,8% de diputaciones y el 1,1% de ayuntamientos".

Sobre los ingresos, un dato espectacular: en 2017, los ingresos anuales por compañía fueron de 69.471 euros; en 2009, las compañías obtuvieron unos ingresos medios de 364.663 euros. Estos datos, según el Observatorio, "confirman la falta de recuperación en un entorno dramático". Según Fátima Anllo, "lo que más ha impactado al sector es la desaparición o reducción de los recursos de la exhibición, ahora mismo los ayuntamientos contratan mucho menos y a muchísimo menos precio".

El estudio señala que las ayudas y subvenciones a la danza han ido disminuyendo desde el comienzo de la crisis: "La reducción global ha sido del 74,5% desde 2009 y del 47,5% desde 2013. Pero han sido las aportaciones de las comunidades autónomas las que se han visto afectadas en mayor medida, con una disminución del 81% desde 2009 y del 38% desde 2005".

"Frente a este contexto desolador", señala el informe, "la forma con la que las compañías han hecho frente a una contracción tan drástica de sus ingresos no ha sido disminuir su actividad, sino mantenerla a costa de reducir sus cachés (↓ 80,8%) y sus salarios (↓ 73% desde 2011)".

El estudio del Observatorio de Creación Independiente ha recogido las respuestas a un cuestionario que han contestado 33 compañías de una decena de comunidades autónomas y distintos perfiles, desde aquellas de reciente creación a compañías de larga trayectoria y reconocimientos como Premios Nacionales de Danza y Premios Max.