Bruselas garantiza a May una unión aduanera para después del 'brexit'
Michel Barnier presenta un acuerdo de 185 artículos, tres anexos y 585 páginas
Bruselas se muestra optimista después de que Theresa May consiga el apoyo de su gabinete
Bruselas
Ha sido la sorpresa inesperada. El acuerdo del brexit donde se precisan los costes de salida incluye como oferta una prolongar el acceso al mercado. La unión aduanera que defiende Barnier se ha presentado como la solución al problema de Irlanda y la necesidad de establecer un control comercial y sanitario para las mercancías.
“Aceptamos crear un UE-UK territorio único aduanero” ha dicho el negociador europeo, precisando que todo el Reino Unido, junto a Irlanda del Norte compartirían normas mientras dure el tiempo de la prórroga. La prórroga inicial para este mercado colectivo es de 21 meses pero se podrá prorrogar sin establecer techos, por decisión de las dos partes”.
La solución permite a Theresa May evitar el problema de integridad territorial que para los unionistas de Irlanda del Norte suponía aceptar un control aduanero entre sus costas y las del Reino Unido aunque esta oferta parezca inicialmente algo contradictoria para quienes decían que las mercancías no pueden por si solas ser sujeto de acuerdo para los europeos.
Será el tema conflictivo para algunos gobiernos que temen que la oferta abra un precedente aunque en las Instituciones se da por hecho que el calvario político que vive Theresa May ya es suficiente como para quitar las ganas de salir del proyecto a nadie mas.
En la práctica, el texto de casi 600 páginas detalla los costes de salida, garantizando los derechos de todos los ciudadanos con residencia fijada ya en Reino Unido o Europa y estableciendo que el gobierno británico asumirá todos sus compromisos financieros con la Unión Europea y sus proyectos hasta finalizar el periodo presupuestario, y eso quiere decir que aunque se marchen en marzo del 2019, han de seguir pagando hasta el año 2020.
Para entonces, Bruselas espera tener algo hilvanadas las bases de un futuro acuerdo comercial, un acuerdo cuya negociación “será mas fácil” dice Barnier, por entender que los británicos “aplican ya las normas europeas” y que ya reconocen, como así queda escrito “las denominaciones de origen de la UE” que como el vino, o los quesos, por citar dos ejemplos suelen entorpecer los procesos de acuerdos comerciales.
Pero los países de la Unión Europea necesitan, aproximadamente, según los precedentes siete años para cerrar, firmar y ratificar los pactos comerciales con países terceros, lo que podría dar al Reino Unido, un margen largo, muy largo para seguir en el mercado libre de obligaciones políticas y sociales.
Un reto que marcará el contenido de unas negociaciones que empiezan a estudiar los gobiernos, ya con el documento y dispuestos, a convocar la Cumbre Extraordinaria que les reclama May para la próxima semana o la que viene.