Ciencia y tecnología
Espacio exterior

El choque de un asteroide arrasó Oriente Próximo hace 3.700 años

Una investigación liderada por la Universidad de Arizona encuentra las primeras pruebas arqueológicas que demuestran que la explosión de una roca espacial destruyó ciudades enteras en un radio de 500 kilómetros cuadrados y esto pudo originar el relato bíblico de la destrucción de Sodoma y Gomorra.

Restos arqueológicos situados en Jordania. / ANDRE PAIN EFE

Madrid

Hace unos 3.700 años, un asteroide o un cometa explotó en la región de Oriente Próximo y arrasó 500 kilómetros cuadrados al norte del Mar Muerto eliminando todas las poblaciones humanas que estaban situadas en esta amplia área.

 Esta es la principal conclusión de una nueva investigación arqueológica cuyos resultados han sido presentados en una reciente reunión científica celebrada en Denver, Estados Unidos.

 Y la explosión fue tan brutal que la contaminación y la destrucción del suelo tardó 600 años en poder recuperarse.

 Entre las poblaciones humanas que fueron completamente destruidas se encontraba Tall el-Hammam, una antigua ciudad que cubría 36 hectáreas en lo que hoy es Jordania.

 Primeras pruebas

 Entre las pruebas que los científicos han descubierto se encuentran unas piezas de cerámica que se fabricaron hace 3.700 años y cuya superficie fue vitrificada (es decir, convertida en vidrio), porque el choque del asteroide contra el suelo disparó la temperatura hasta los 4.000 grados.

Los choques de grandes rocas espaciales sobre la superficie terrestre se han repetido a lo largo de la historia de nuestro planeta. Por ejemplo, hace 65 millones de años un gigantesco asteroide se cree que provocó la extinción de los dinosaurios y, más recientemente, en 1908 una explosión cósmica arrasó la región de Tunguska, en Siberia.

 Las excavaciones arqueológicas realizadas recientemente en esta área cercana al Mar Muerto demuestran que se produjo allí una repentina desaparición de la vida hace unos 3.700 años, aunque los científicos no han encontrado aún ningún cráter cerca.

 Eso sí, el hecho de que sólo se destruyeron 500 kilómetros cuadrados de tierra indica que la explosión se produjo a una baja altitud: apenas a 1 kilómetro sobre el suelo.

Javier Gregori

Javier Gregori

Periodista especializado en ciencia y medio ambiente. Desde 1989 trabaja en los Servicios Informativos...

 
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