El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado que llevará al Congreso de los Diputados los Presupuestos Generales del Estado (PGE). «El Consejo de Ministros del mes de enero aprobará el proyecto de presupuestos. Espero contar con los apoyos necesarios. Contamos con los apoyos de Unidos Podemos y el PNV y tendemos la mano al resto de grupos parlamentarios. Nosotros tendemos la mano, otra cosa es que el poder legislativo los apruebe. Si los rechazan, tendrán que explicarlos, ha dicho el presidente del Gobierno al comienzo de su entrevista en Informativos Telecinco un Pedro Sánchez que ha aprovechado el vuelco electoral en Andalucía para presionar a las fuerzas soberanistas catalanas. «Si el catalanismo rechaza los presupuestos, tendrán que explicarlo», ha insistido el presidente del Gobierno, poniendo en el punto de mira al PdeCat y ERC, que ya anunciaron un voto negativo a unos hipotéticos presupuestos del Gobierno tras la decisión de la Fiscalía de acusar de rebelión a los presos del procés. Con este cambio de estrategia —Sánchez anunció primero que los llevaría al Congreso y luego reculó por la falta de apoyos—, el presidente abre un escenario favorable para la supervivencia de su Gobierno y las opciones electorales de su partido. Si los independentistas rechazan las cuentas, el socialista podrá escenificar su distancia con los soberanistas. Podrá presumir de que no existe ningún pacto oculto con los que «quieren romper» España, como le acusa el bloque de derechas. Si finalmente los presupuestos salieran adelante, Pedro Sánchez ganaría tiempo y ahuyentaría los fantasmas de adelanto electoral. No solo retrasaría hasta octubre esa hipotética cita con las urnas, sino que con unas cuentas propias podría agotar la legislatura. Tras el «batacazo» electoral del domingo y la irrupción de la ultraderecha, Pablo Iglesias ya marcó este camino después de haber dado por roto el bloque de la moción de censura. Un frente común contra el fascismo, pedía el líder de Podemos, con apelaciones a los independentistas para aprobar unas cuentas que den aire a la izquierda. El «batacazo» electoral del PSOE en Andalucía también ha sido objeto de análisis por parte del presidente del Gobierno, que ha vuelto a insistir en la necesidad de reflexión de su partido en Andalucía. «Muchos andaluces se han quedado en casa», ha lamentado Sánchez, que ha instado al PSOE andaluz a preguntarse los motivos. «Como secretario general del PSOE le pido a mi partido en Andalucía que reflexione sobre qué cuestiones tenemos que hacer mejor para recuperar la credibilidad de esos 400.000 votantes que hemos perdido y que la mayoría se han quedado en casa», ha continuado el presidente del Gobierno, que ha garantizado que Susana Díaz tiene todo su apoyo «para intentar se presidenta». Tras esta petición de autocrítica a su partido, el presidente del Gobierno también se ha referido a la irrupción de Vox en el Parlamento andaluz, que juntos a los parlamentarios de PP y Ciudadanos tienen una mayoría suficiente para sacar al PSOE de San Telmo tras 36 años. «Las derechas suman en Andalucía, no sabemos muy bien para qué. Creo que PP y Ciudadanos tendrán que explicar muy bien qué van a pactar con Vox. ¿Van a pactar derogar la ley de igualdad de género? Estamos ante un momento político muy importante en Andalucía. Fuerzas políticas proeuropeas no pueden apoyarse en una fuerza política como es Vox», ha asegurado. «Además de con la baja participación, creo que el auge de Vox tiene que ver con la fragilidad de liderazgo en el PP. Austria, Alemania... estos países no tienen una Cataluña y también tienen ultraderecha. Lo que ocurre es que en estos países no se pacta con la ultraderecha, pero parece que la derecha española se vanagloria por pactar con ellos. Vox no se va a moderar por pactar con PP y Ciudadanos, sino que ellos se van a radicalizar», ha continuado Sánchez, que dicho estar más preocupado por como la ultraderecha «va a inocular todos sus planteamientos en el discurso de la derecha» que por su representación parlamentaria. «El gran error del PP y Ciudadanos es dejarse arrastrar por una marea que les lleva al radicalismo (...) La ultraderecha condiciona y mucho a la extrema derecha. Hay líderes políticos con el valor de decir que no se van a mezclar con esta gente, como Merkel. Aquí vemos a las dos derechas decir que van a pactar con ellos. Creo que es una elección que tomarán en cuenta muchísimos españoles. Los que abrazan a los partidos extremistas hacen crecer a los partidos extremistas», ha lamentado Pedro Sánchez, que ha puesto la relación entre Albert Rivera y Emmanuel Macron como ejemplo de esto. «Me gustaría que Rivera le dijese a Macron que va a pactar con la sucursal en España del Frente Nacional de Marine Le Pen», ha sentenciado.