Al Betis le valió el empate y rumbo a la siguiente ronda
El equipo verdiblanco no fue capaz de pasar del 0-0 inicial pero estará entre los mejores en el sorteo de los dieciseisavos de la Europa League
El Real Betis confirmó su clasificación para los dieciseisavos de final de la Europa League como líder de su grupo a pesar de empatar a cero en el campo del Dudelange luxemburgués en un encuentro que resultó poco vistoso debido al mal estado del césped.
Sin embargo, la victoria del Olympiakos sobre el Milan, el único adversario que podía descabalgar al Betis del primer puesto, permitió a los sevillanos encabezar la clasificación final del grupo F.
Al equipo de Quique Setién le costó imponer su fútbol de toque en una primera mitad en la sus jugadores acusaron la dureza de un campo muy duro, casi helado, y apenas si encontraron huecos en el tupido entramado defensivo del cuadro local, motivado por sumar al menos un punto en esta fase de grupos.
Las primeras aproximaciones peligrosas corrieron a cargo de Francis, que incurría por el carril derecho de forma insistente y rozó el gol primero con un disparo que se marchó alto (min. 7) y luego con un centro que desvió un defensa hacia su portería (min. 33), obligando a salvar con el pie al portero Bonnefoi.
También Joaquín puso a prueba al portero local con un libre directo en las postrimerías del primer periodo cuando golpeó hacia el palo del guardameta, que se mantuvo firme en su posición y desvió con ambos puños.
El Dudelange avisó al cuarto de hora del segundo periodo, gracias a un eslalon por el costado izquierdo de Kenia, cuyo pase de la muerte fue despejado en corto por Javi García pero el balón le cayó a Sinani, que largó un trallazo que rozó el travesaño.
Los béticos replicaron con dos ocasiones consecutivas, una a la salida de un córner de Sidnei, que tardó demasiado en armar el disparo, y otra de Sergio León, que acababa de ingresar en el terreno de juego y se trastabilló cuando Joaquín lo había dejado solo ante Bonnefoi.
La última gran ocasión del partido fue para Javi García, que se elevó con poderío en el área para cabecear un centro de Kaptoum y vio frustrada una celebración que ya emprendía por un manotazo del portero local, que se convirtió en el héroe de la pequeña gesta que para el fútbol luxemburgués supuso sumar un primer punto en una fase de grupos en la historia de las competiciones continentales.