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Lotería DE Navidad

Lotería de Navidad: por qué jugar a varios décimos es un verdadero problema (aunque no lo creas)

Los expertos aseguran que detrás de esta compra compulsiva que se extiende hasta el 21 de diciembre hay complejos procesos psicológicos

Cola en la administración de lotería de Doña Manolita en Madrid. / Pablo Blazquez Dominguez/Getty Images

Madrid

A quién no le ha pasado... comienza el verano, empezamos a ver los anuncios de que ya se puede comprar Lotería de Navidad; estamos de vacaciones fuera de nuestra ciudad habitual y comienza la adicción. ¿Cómo no vamos a comprar un décimo por si el Gordo toca en esa playa o ese pueblo? Ahí comienza el comer y rascar, todo es empezar lotero, y hay una explicación médica. 

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Los expertos aseguran que detrás de esta compra compulsiva que se extiende hasta el 21 de diciembre hay complejos procesos psicológicos. La piscóloga sanitaria María Elvira Vague explica que "las decisiones de compra las tomamos desde el hemisferio emocional del cerebro. Realmente no importa si el día 22 se resulta ganador o no, los sueños y deseos que se generan hasta ese día fomentan nuestra compra compulsiva". 

También suma que diciembre es un mes de mucho gasto del denominado social: las comidas y cenas con amigos y compañeros de empresa, las cenas familiares en los días claves de la Navidad, los regalos de Reyes... dentro de esta orgía de gasto, la compra de la lotería de Navidad es un gasto más. "Comprar décimos de lotería nos hace sentir bien y nos envuelve en ilusión y alegría colectiva", señalan los expertos de Top Doctor, una plataforma online para contactar con especialistas médicos de la sanidad privada.

La psicoterapeuta Marisol Rodríguez Gutiérrez ha dibujado algunos perfiles de los jugadores. Hay quien juega por supersticción: se le puede ver disfrazado en el salón de Loterías el día del sorteo. Usan amuletos, compran en días concretos y números completos. "La superstición es un caso particular de un fenómeno psicológico llamado Ilusión de control, que es la tendencia a comportarse como si se pudieran controlar los sucesos aleatorios, como los juegos de azar", cuenta Vague. Y también hay quien compra lotería porque lo hacen sus amigos, sus compañeros de trabajo o su familia. A la hora de jugar a la lotería suele tener muy presente el pensamiento "y si toca a los demás y a mí no", apostando por miedo a quedarse fuera del reparto.

La psicología asegura que el ser humano juega básicamente por dos motivos: por diversión y para demostrar su superioridad. Es en este punto en el que aparece la superstición... "Cómo voy a comprar solo un décimo… y si toca la lotería en el bar donde desayuno todos los días… y si sale el número que jugué el año pasado…" Son algunos de los pensamientos que prácticamente todo el mundo se ha planteado alguna vez a la hora de comprar lotería de Navidad. 

Cuando llega el 22 de diciembre, conocemos si hemos ganado o perdido. "Los ganadores se ven envueltos por una sensación de satisfacción, euforia y alegría, las cuales se van haciendo más profundas a los tres días del sorteo, cuando comienza a salir de un estado de desrealización. Es recomendable que no difundan el resultado, y sigan durante un tiempo su vida personal y profesional tal y como era hasta el momento", explica el psicólogo Héctor Galván. "Asimismo, es importante no confundir la ilusión con intuición o premonición, ni depositar en la posibilidad de que nos toque la lotería la solución a todos nuestros problemas y la motivación de nuestra vida, porque si no aparecerán sentimientos de frustración, arrepentimiento e incluso ansiedad por no haber resultado premiados". En ese caso, el 22 de diciembre es el día de la salud. 

 
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