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El poder de las vacunas

UNICEF tiene actualmente en marcha la campaña "Pequeñas Soluciones" y trabajan con la idea de conseguir vacunar a todos los niños y niñas del mundo, un objetivo posible para ellos

Un niño recibe la vacuna de la meningitis en Bouké, Costa de Marfil. / © UNICEF/UN0265875/Dejongh

Madrid

No te dejes confundir por el titular. Quédate con la palabra que lo cierra: vacuna. Cuando termines de leer comprenderás por qué va tan íntimamente asociada a otra palabra, vida. No pienses en voz baja "otra vez me van a contar una de vacunas para recuperar la normalidad perdida". Porque esta noticia no va de eso, o no del todo...

Empecemos por aquí: se estima que al menos 80 millones de niños menores de 1 año están en riesgo de contraer enfermedades como el sarampión o la polio. Y muchos morirán si no respondemos. Pongamos el foco aquí mismo, en España. Algunos de los que nos leen tienen edad para haber pasado el sarampión... y contarlo. Tuvimos suerte de nacer en esta parte del planeta. Porque, aunque resulte difícil de creer, todavía hay países en los que sigue siendo una enfermedad mortal, que estuvimos a punto de erradicar en Europa.

En otros casos, como el de la viruela, hemos tenido más suerte, está erradicada. Y con la poliomielitis se está en fase de conseguirlo pronto. Las 3 enfermedades se enfrentan a un enemigo común, un pequeño frasco –su presentación más habitual- con un poder tremendo: salvar vidas. Parece algo pequeño, pero tiene un gran poder. Un ejemplo: la vacuna contra el sarampión, una enfermedad altamente contagiosa, ha salvado la vida de unos 23,2 millones de niños desde 2000.

La de vidas que le debemos a las vacas y la viruela

Hablamos de las vacunas, "cualquier preparación destinada a generar inmunidad contra una enfermedad, estimulando la producción de anticuerpos", según la definición de la Organización Mundial de la Salud, OMS. Una solución que le debemos al doctor Edward Jenner y sus trabajos para acabar con la viruela utilizando vacas. El término vacuna se lo debemos a Louis Pasteur, como homenaje a los logros de Jenner con sus vacas. Soluciones sencillas, económicas y eficaces, capaces de salvar la vida de millones de personas cada año.

Y si pensamos en niños y vacunas, no deberíamos limitarnos a observar su estado de salud. Las vacunas no solo salvan vidas, las transforman. No enfermar te permite acudir al colegio, formarte, tener futuro. Aunque no podemos obviar que en esto influye mucho el lugar de nacimiento y la capacidad económica de tu entorno y sociedad. No todos los países pueden proteger por igual a sus ciudadanos, especialmente a los más pequeños. De ahí la importancia de apoyar el esfuerzo de organismos y movimientos internacionales que, como UNICEF, está trabajando en ello, para llegar a más niños, especialmente en aquellos países que no disponen de los medios necesarios para acceder a programas completos de vacunación.

El año pasado, UNICEF vacunó a casi la mitad de niñas y niños en el mundo, protegiéndoles de enfermedades potencialmente letales. Sin duda una gran noticia. Pero otros 14 millones no recibieron ninguna vacuna durante ese periodo. No había recursos ni medios suficientes. Como si todos los menores de 18 años de nuestro país se quedaran sin protección frente a la polio o el sarampión, por ejemplo. ¿Lo imaginas?

Lo realmente grave es lo que esto acarrea, que va más allá de la situación personal del que no recibe la vacuna. No recibir vacunas sitúa a los niños, a su familia y su comunidad, en riesgo de enfermedades y muerte, les niega la oportunidad de tener una vida sana, recorta sus posibilidades de progreso. Los brotes son inevitables cuando hay grupos de niños que están desprotegidos.

Un niño recibe una vacuna contra la polio como parte del programa de vacunación general de UNICEF en la aldea de Aburoc, Sudán del Sur. / © UNICEF/UNI273111/Hatcher-Moore

UNICEF tiene actualmente en marcha la campaña Pequeñas Soluciones y trabajan con la idea de conseguir vacunar a todos los niños y niñas del mundo, un objetivo posible para ellos. Y las cuentas son sencillas de entender: cada minuto del día las vacunas salvan a 5 niños de una muerte prevenible. Algo que cabe en un pequeño frasco es capaz de algo tan grande como asegurar la supervivencia de entre 2 y 3 millones de individuos. Si aumentan los apoyos, se alcanza más población.

La polio, un ejemplo del poder de las vacunas

Cuando era una niña de 6 años, la artista mexicana Frida Kahlo contrajo polio. La infección la mantuvo en cama mucho tiempo, le dejó secuelas físicas y artísticas, en algunas de sus obras que recuerdan su estado de ánimo entonces, por ejemplo, en el cuadro “Ella juega sola”, de 1938. Actualmente, un 90% de la población mundial está libre de polio, gracias a los esfuerzos internacionales de vacunación, y al apoyo de miles de ciudadanos anónimos.

Un equipo de vacunación se dirige en un carro tirado por burros para llegar hasta los niños de la aldea remota de Mopti en Mali. / © UNICEF/UN0293617/Keïta

Desde el año 2000, 2.500 millones de niños han sido vacunados y el número de casos de polio ha descendido en más del 99%. Según explica UNICEF, bastaría aportar 5€ al mes durante 1 año, para vacunar a 127 niños contra la polio, y nos acercaríamos, cada vez más, al objetivo final de erradicar esta enfermedad. Con 15€ al mes durante un año se vacunarían a 821 niños para protegerles de

enfermedades potencialmente graves como la difteria, el tétanos y la tosferina.

En UNICEF siempre buscan los medios para llegar a todos los niños y niñas, estén donde estén, por muy remota e inaccesible que sea su residencia. Lo hacen apoyándose en todo tipo de sistema de transporte: desde mulos hasta drones, miles de voluntarios se desplazan cada día sumando kilómetros sin pensar demasiado en la distancia que, como sabemos, es el olvido. Aquí lo importante es llegar y cumplir el objetivo que se han fijado: No parar hasta conseguir que todos los niños y niñas del mundo, en cualquier país y bajo cualquier circunstancia, estén vacunados.

El día mundial de los niños y las niñas

Te contamos todo esto precisamente hoy, 20N, porque es el Día Mundial de los Niños. La Asamblea General de la ONU aprobó la Declaración de los Derechos del Niño el 20 de noviembre en 1959. Eso sí, sus derechos están ratificados, pero no garantizados. Depende en buena parte de nosotros. El objetivo es realizar las transformaciones necesarias en cualquier rincón, parahacer del mundo un lugar más justo y habitable, en el que las niñas y los niños, especialmente los más vulnerables, puedan vivir mejor: sanos, alimentados, queridos, educados, protegidos, felices.

Cerramos el círculo. De las vacunas al futuro de su vida, el que se merecen, estén donde estén.

José Vicente Dorado

José Vicente Dorado

Buen conocedor de la radio local y regional, en la que lo he aprendido todo hasta llegar a la Dº de...

 
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