Se acabó todo (crucemos los dedos)

Se acabó todo, resumió al terminar uno de los miembros del LABI. Ni los hosteleros se lo esperaban. Euskadi levanta la emergencia sanitaria y las restricciones en vigor. Tan solo el lunes Urkullu ve una "luz de esperanza" para suavizar las restricciones por el elevado nivel de transmisión comunitaria. Y no llegamos ni de lejos a los criterios que el Gobierno estableció en diciembre para reactivar la emergencia: 200 hospitalizados en planta y 50 en UCI. Ahora casi se doblan los primeros y los críticos son 81.

Todo esto se le preguntó al Lehendakari, para quien la situación no es comparable, por la menor gravedad de Ómicron y por porcentaje de vacunados. Siguen muriendo 10 personas al día de media. Pero ayer no tocaba. Porque, como, al final, reconoció: llevamos dos años de pandemia, no podemos estar permanentemente en emergencia. Y habló de equilibrio emocional y fatiga pandémica. La de la de la sociedad. Pero yo pensaba n la del Gobierno. En su propia hartura lidiando con el virus. Ayer el LABI duró media hora. Todos tenemos prisa por pasar esta página. Aunque todos también hemos vivido esto antes, la última vez, en octubre.