Borja Iglesias desata la fiesta del Betis

Un gol en el último minuto de Borja Iglesias provoca el empate del Betis ante un combativo Rayo Vallecano (1-1), dejando a los verdiblancos en la finalísima de Copa tras un final de infarto. El partido, que iba encaminado a la prórroga tras un golazo de Bebé, se ceba con los de Andoni Iraola.

El Betis jugará la finalísima contra el Valencia

El ambiente en el Benito Villamarín invitaba a pensar en que esta sería noche épica de Copa. Acabase como acabase, el espectáculo estaba servido desde antes del pitido final. Como si fuesen los locales, el Rayo Vallecano de Andoni Iraola, un equipo al que le sobra el descaro, comenzó más intenso que un relajado Betis. Si bien las ocasiones brillaban por su ausencia, ambos equipos no rehuían el choque pese al vértigo que dan unas semifinales de Copa del Rey. Así, con más respeto que ocasiones, llegó el descanso.

Tal y como sucedió 45 minutos antes, el Rayo empezó yendo a por el Betis. Aunque les faltase algo de veneno en los últimos metros, el partido cada vez se parecía más al que jugaron los béticos ante el Zenit. Acabó bien aquel día, pero nada aseguraba que la historia se volviese a repetir. El Benito Villamarín, que también sintió ese déjà vu, se puso la verdiblanca para vestirse de jugador número 12. Gracias al aliento de los locales, el Betis conseguía despertar de su letargo y dar unos pocos, pero necesarios, pasos adelante para sus intenciones coperas.

Esos metros que gano el Betis empezaron a ganar más valor con el paso de los minutos. El desacertado Rayo de Iraola veía como la gasolina del depósito comenzaba a escasear, haciendo que los de Pellegrini estuviesen cerca de aprovecharlo con tres ocasiones consecutivas que fueron las más claras del encuentro hasta el momento. Con el Benito Villamarín celebrando cada acercamiento al área contraria por alejar el balón de la portería de Claudio Bravo, los madrileños se vieron obligados a mover el banquillo para buscar la remontada. Así entro Bebé, buscando Iraola desatascar el partido con su potente disparo. A la primera no fue, pero a la segunda clavó una falta que firmaría el mejor Cristiano Ronaldo, logrando el ansiado 0-1 en el minuto 80. El déjà vu del partido ante el Zenit ya era una realidad para el Betis.

Aunque semejante obús congeló los ánimos del Benito Villamarín durante un segundo, rápidamente volvieron las palmas y los vítores. Había tardado, pero ya estaba ahí el partido copero que rendía homenaje al magnífico ambiente del feudo verdiblanco. La reacción local fue inmediata, con un gol que estuvo cerca de anotar el Betis por un fallo de Luca Zidane. El VAR dijo que no, que el balón no había traspasado la línea. Con el añadido acercándose a su final, el Betis fue a por su última oportunidad del tiempo reglamentario. Canales, con un espectacular desmarque de ruptura, se plantó delante de Zidane. Su definición, defectuosa, silenció al estadio mientras que se acercaba a la línea de gol. Cuando parecía que la iba a sacar el rayo, apareció Borja Iglesias como una exhalación. Si bien fue con algo de fortuna, el esférico acabó dentro. El empate más dulce llegaba para un Betis que ya se veía en la final.

Tras el éxtasis bético que cerca estuvo de llegar al siguiente nivel con un mano a mano que erró Joaquín, el partido llegó al final, siendo uno de los desenlaces más épicos de la historia reciente de la Copa del rey. Aunque entre la fiesta de los finalistas no se podía distinguir mucho más, ahí quedaba la imagen de un Rayo que no pudo hacer más y veía como su sueño llegaba a su fin de la manera más cruel. El fútbol, tan injusto a veces, hacía que llegase a su fin el camino de un equipo irrepetible con Iraola a su mando. Después del merecido reconocimiento a sus rivales, los de Pellegrini ya enfilan una final ante el Valencia para ponerle la guinda a una temporada que va a más para el Betis.