El gen egoísta

Madrid

El gen egoísta. La afluencia de personas hacia Europa vuelve a crecer. En el centro por razones políticas. En el sur, por causas fundamentalmente económicas. El ministro Escrivá declaró antes de los últimos acontecimientos que España necesitará un volumen altísimo de inmigrantes para mantener o aumentar el nivel de ocupación. Dada la demografía nacional, los datos lo confirman. Según el padrón, en el último lustro nuestro país ha perdido población. Ahora somos 47,3 millones de personas, de los cuales poco más del 11% son de origen extranjero. Por dos motivos: las defunciones han sido superiores a los nacimientos y existe, aunque haya quien diga lo contrario, un saldo migratorio nulo. El número de ciudadanos que se va de España es aproximadamente el mismo de los que entran. ¿Cómo preparar la sociedad para aceptar esta realidad? Escrivá proporciona una razón interesada, no humanitaria, que superará las reticencias. Los españoles no van a tolerar empobrecerse como consecuencia de la falta de mano de obra que se va a sufrir en las próximas décadas. El gen egoísta es más fuerte que los que se dan en sentido contrario.