Los combustibles neutrales toman posiciones
Los combustibles verdes son la esperanza en la nueva era del consumismo
Vigo
La Unión Europea tiene previsto prohibir la venta de vehículos de combustión interna, diésel o gasolina, en 2035. Se trata de una propuesta de la Comisión Europea tras los consensos alcanzados en Bruselas para alcanzar la neutralidad de carbono en el año 2050. Una normativa que en todo caso deja una posibilidad abierta para que los motores de combustión interna puedan seguir en el mercado.
Se basa en la misma solución que se ha propuesto para que la aviación mantenga su actividad, mediante el empleo de combustibles CO2 neutrales. Aunque emiten gases de efecto invernadero, lo interesante de estos combustibles está en el proceso que se emplea para producirlos. A diferencia de los fósiles, los CO2 neutrales o combustibles verdes, se producen sintéticamente mediante procesos químicos y físicos que emplean aire, agua y, por supuesto, energía renovable.
La clave reside en la utilización de CO2 captado del aire de la atmósfera, ya que si para producir un combustible hemos recogido más CO2 de la atmósfera del que vamos a emitir en su combustión, habremos conseguido alcanzar el objetivo que la Unión Europea se ha propuesto para 2050: que la huella de carbono sea prácticamente nula.
El beneficio de los combustibles CO2 neutrales es parcialmente válido y permitirían preservar la combustión interna, prácticamente tal y como la conocemos ahora, aunque la versión más pesimista es que previsiblemente no estarán listos para el año 2035, ya que tanto la industria química como la del automóvil, por el momento, no disponen del tiempo suficiente para desarrollarlos. La versión más optimista es que llegarán y serán viables antes de esa fecha debido a que los fabricantes de automóviles todavía no han tirado la toalla con la combustión interna. En este sentido, todas las partes implicadas coinciden en una cosa, que desde la Unión Europea se debería promover "la innovación y no las prohibiciones".