El vacío del centrismo

Asturias

Los partidos con marcado sello centrista no acaban de encontrar sitio en la política española y asturiana. Y no será porque no haya un amplio sector del electorado dispuesto a respaldarlos. Al menos eso es lo que señalan las encuestas. Pero ¡no hay manera de lograr que un partido de centro tenga continuidad! La razón es evidente: la falta de altura de miras de los políticos al frente de dichas organizaciones. Fundamentalmente los líderes nacionales. Pero no sólo ellos. Los egos exacerbados, el personalismo por encima de todo de los cargos orgánicos e institucionales, suele ser la tónica habitual en este tipo de formaciones y la que ha llevado al fracaso a todos y cada uno de los proyectos que han ido apareciendo a lo largo de cuatro décadas.

Lo sucedido con Ciudadanos es un claro ejemplo de los males que afectan a los partidos centristas en España. Y si alguien alberga alguna duda de hasta dónde están dispuestos a llegar sus dirigentes para mantenerse en el machito (en lo que ellos consideran círculos del poder) sólo tienen que fijarse en lo que está sucediendo en Ciudadanos Asturias.

El resumen es el siguiente. Una de los hombres de más confianza de Albert Rivera, el ex secretario de Organización Fran Hervías, ficha de manera inmediata por el PP cuando los errores de su líder llevan a Ciudadanos a la práctica desaparición. Para empujar su carrera junto a Pablo Casado se compromete a hablar con “su gente” en diversas autonomías para un desembarco ordenado en el Partido Popular.

Así, sin disimulo, con todo el descaro, ofertó Hervías el paso a las filas populares de dos de los pesos pesados de Ciudadanos en la región, su secretario de Organización, Sergio García, y el todopoderoso concejal de Educación y Cultura en Oviedo, José Luis Costillas. El plan finalmente fracasó porque, al parecer, el PP asturiano no lo veía claro. Pero, eso sí, dos diputados autonómicos que denunciaron la operación, Laura Pérez Macho y Armando F. Bartolomé, fueron laminados por sus compañeros.