Fórmula 1

Fernando Alonso estrenará su tercer motor en la tercera carrera de la temporada: el problema parece localizado para evitar la sanción

El Alpine del asturiano está metido en apuros cuando acaba de comenzar la temporada

Fernando Alonso / Xavier Bonilla

Hay problemas para el Alpine. Encaramos la tercera carrera de la temporada y el Alpine de Fernando Alonso utilizará el tercer motor. A motor por carrera. Sin embargo, esto no puede seguir así, ya que si el equipo francés emplea un nuevo motor será penalizado por la FIA, tal y como consta en el reglamento de la competición para este año.

Solamente se permiten tres las unidades de motor de combustión interna para toda la temporada, y el hecho de que ya vayan por la tercera - único equipo en toda la parrilla - plantean un problema inesperado para la escudería en un año en el que se esperaban más puntos de los que llevan actualmente. No obstante, hay lugar para el optimismo como es costumbre con #ElPlan, ya que se detectó el problema que ha originado todos estos infortunios y malos resultados para la escudería. En Baréin, detectaron problemas después de la carrera y en Arabia Saudí abandonó la carrera.

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Laurent Rossi, el director ejecutivo de Alpine, ha confirmado que se trató de un problema con la bomba de agua y espera que el equipo pueda corregir el fallo. Achaca esta problemática a la juventud del monoplaza, de su configuración y diseño, ya que se trata de un modelo totalmente novedoso y radical respecto a años anteriores.

El director francés explicó cómo plantean el nuevo escenario al que se enfrentan: "Fernando Alonso pudo seguir conduciendo y el motor funcionaba, pero obviamente no en condiciones ideales. Por eso preferimos detenerlo. La bomba de agua había fallado. Hemos identificado la causa del problema. Espero que lo hayamos corregido para Melbourne. Es un problema de juventud con los nuevos componentes, que están funcionando por primera vez y que aún no hemos tenido la oportunidad de validar, como es el caso de todos los equipos. La ventaja es que no es estructural ni intrínseca al coche. No hay que cuestionar el motor en sí, ni su diseño, ni las decisiones arquitectónicas tomadas, porque el motor hace lo que se espera de él".

 
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