Un punto más, un día menos para el fin de la agonía

Gijón

Ya queda menos. Al Sporting le falta un punto menos para alcanzar la permanencia y al sportinguismo le queda un día menos de aguantar el mal sueño que ha supuesto esta temporada, tan pobre en lo futbolístico y en las alegrías para el cuerpo. En Burgos el equipo gijonés sumó un empate a cero trabajado pero nada lustroso, que le acerca a la tranquilidad y que es lo máximo a lo que puede aspirar un equipo que no tiene ni una sola ocasión de gol durante todo el partido, limitando su bagaje ofensivo a solo dos disparos entre los tres palos y otros cuatro lejos de la portería. En el bajísimo umbral de exigencia que se le puede poner a este decepcionante Sporting, el momento es relativamente dulce: el equipo gijonés, que se había instalado en la derrota permanente, lleva tres partidos sin perder, con una victoria y dos empates. Gran puñado son tres moscas. Lo mejor es que ya falta menos para conseguir una permanencia que sigue apuntando a casi regalada.

En El Plantío, con el ambiente enfriado por el aguanieve pero calentado por 'La Mareona', el Sporting fue un equipo muy poco brillante pero, al menos, práctico. Desde la seriedad, construir algo es más sencillo. Y aunque le costó entonarse, la defensa rojiblanca acabó yendo de menos a más. Babin fue el jugador más destacado del Sporting en Burgos, aunque empezó tan despistado y blando como el resto de sus compañeros de zaga. El de Martinica fue diésel durante el partido; en la segunda mitad se vio a aquel defensa poderoso de otros tiempos, incluso (¡oh, milagro!) en el juego aéreo. Si en la primera mitad se mantuvo la dinámica de que el rival le rematara cualquier balón colgado al área, en la segunda Babin ejerció de achicador con varios despejes de esos a los que el sportinguismo le ha perdido la costumbre. No estuvo al mismo nivel un despistado Berrocal, que sigue sin parecerse a aquel futbolista que llamó la atención en el Mirandés. Un error suyo, un exceso de confianza a la hora de proteger un balón, pudo costarle caro al Sporting de no haberse cruzado a tiempo Bogdan. Tras la lesión del sevillano, la entrada de Borja López le vino mejor al equipo, aunque tampoco el gijonés está en su mejor momento.

Que los mejores del partido hayan sido un central y el portero no dice mucho en beneficio del Sporting, pero es la realidad que toca vivir. Cuéllar, el meta que a tenor de lo comentado por Martí ha llegado a la portería para quedarse, protagonizó una sobresaliente parada a Valcárcel que evitó la derrota.

Y eso que los primeros minutos del Sporting fueron de control, presión intensa y cierto dominio del juego, pero con escasa profundidad, de no ser por alguna acción individual de Gaspar, que repitió como titular, ocupando la banda derecha. En la izquierda salió como titular 'El Puma', que bien por cansancio del viaje o sencillamente porque no tocaba apenas generó peligro.

A medida que caía la tarde, el frío entumecía no solo los huesos; también el juego del Sporting. El Burgos empezó a mejorar y a controlar el partido: Juanma marcó, aunque afortunadamente para los gijoneses, estaba en fuera de juego.

La salida de Aitor García le dio al equipo otro aire, le permitió correr. El onubense intentó muchas cosas, aunque a la hora de la verdad le salieron pocas. Sin ocasiones de gol, todo sportinguista golpeaba el reloj intentando que pasaran rápido los minutos y firmando un empate que permitía al Sporting salir de El Plantío con nueve puntos de ventaja sobre el descenso. El horizonte pasa por seguir sumando en Alcorcón la semana que viene y después conseguir, junto a la ratificación de la permanencia, el otro objetivo que le queda al equipo este año: ofrecerle una victoria en el derbi a su afición y aguarle la fiesta al eterno rival.