Opinión

Ilegalidades e inmoralidades

La Firma de Eva Calleja

"Ilegalidades e inmoralidades", la Firma de Eva Calleja

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Palencia

Nuestras acciones del día a día se rigen, se sujetan al cumplimiento de unas leyes, es la única opción posible cuando un grupo humano vive en sociedad. Eso creo que lo tenemos claro todas y todos. Unas normas que marcan unas líneas que no podemos traspasar o que, si traspasamos, tienen unas consecuencias.

Hasta ahí todo entendido... aunque hay quienes siempre le buscan tres pies al gato o lo que es lo mismo, la forma y manera de tratar de sortear esa legalidad.

Hay quienes se creen por encima de la ley, quienes piden el cumplimiento de las leyes a los demás pero entienden que no van con ellos.

Indecente.

Si además tiene que ver con el dinero de todos y todas, si se trata de lo público, de su dinero y del mío, me parece especialmente sangrante.

Llevamos años soportando un nivel de corrupción en este país que es absoluta y completamente insoportable. Lo público, la caja común, esa que nos cuesta tanto esfuerzo personal mantener entre todas y todos debe ser intocable.

Y luego hay una línea que me parece igualmente peligrosa de traspasar. Hay cosas, acciones que puedan ser legales pero que resultan inmorales. Quien se aprovecha de cualquier circunstancia, normalmente, de las que resultan más complicadas de afrontar por el conjunto de la ciudadanía para hacer negocio, para hacer, como suele decirse “el agosto”.

Indecente. Indecentes.

Hay ocasiones en las que confluyen ambas circunstancias. Miro hacia Madrid y el asunto de las mascarillas y resto de material sanitario, tan urgente como escaso en el inicio de la pandemia, y siento vergüenza e indignación.

Comisiones millonarias transformadas en objetos y vida de lujo cuando la gente moría cada día, cuando el personal sanitario se dejaba la piel, cuando las familias ni siquiera podían decir adiós a los seres queridos que fallecían.

Se me revuelve el estómago por la falta de escrúpulos de quienes fueron capaces de hacer negocio, negocio bien lucrativo, con el dolor ajeno.

Espero que todo el peso de la ley caiga sobre ellos y espero que además socialmente nos enseñe algo.

Estamos en una semana especial, semana de vacaciones para muchas personas. La primera Semana Santa, después de dos largos años, sin ninguna restricción de movilidad. Y estábamos deseando que así fuera. Es tiempo, por tanto, para descansar, para viajar, para vivir estos días como más le guste a cada uno.

Bienvenida la tan esperada vuelta a la normalidad.

Elijan el plan que elijan feliz semana.

 
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