Los testigos confirman que "El Laja" enterró a Adoración en el barranco de Santos

Santa Cruz de Tenerife

Los dos jóvenes que encontraron el cadáver de Adoración relataron ante el tribunal del jurado cómo, aquella mañana 2009, se encontraban paseando en el Barranco de Santos cuando repararon en un petate que sobresalía de la maleza. Horas antes se había registrado un pequeño incendio de rastrojos por lo que el lugar se encontraba despejado. Uno de los testigos se acercó y desenterró una parte de la bolsa cuando la cabeza de la víctima rodó en el suelo.

Este es el impresionante testimonio de los testigos durante una segunda sesión del juicio por asesinato contra "El Laja" quien ha permanecido sin mostrar emoción alguna durante los interrogatorios y la visualización del material gráfico, de contenido muy duro, al jurado. Del mismo modo, lo que se ha puesto de manifiesto en esta segunda sesión es que el presunto no tiró el cuerpo desde la barandilla del barranco sino que siguió un plan para que el cadáver de la víctima no se encontrara al igual que ocurrió con su otro asesinato en la pensión Padrón.

Todo ello se produce después de que el acusado haya reconocido que mató a Adoración pero que en ningún momento era su intención que ella falleciera. En este sentido, "El Laja" comentó que "siempre" estaban discutiendo debido a los problemas que les ocasionaban las sustancias tóxicas que consumías, crack y heroína, y ha reconocido que durante una de esas discusiones propinó a Adoración "cuatro o cinco" puñetazos, pero ninguna patada y cuando vio que no respiraba esperó antes de meterla en un macuto.

Del mismo modo, el acusado pensó en dejar el cadáver en un contenedor pero decidió tirarlo al barranco de día, y ha considerado que en ese momento se pudieron romper las costillas de la víctima, y ha negado que en la habitación hubiera sangre. Además, el procesado ha insistido en que en esa época estaba "muy mal" debido a sus problemas de drogadicción, y ha apuntado que sí pensó en comunicarse con los familiares de Adoración, pero no lo hizo porque no tenía sus contactos y aseverado que sentía mucho cariño por ella porque le había ayudado.

Así las cosas, la estrategia de la defensa en clara: intentar convencer al jurado que "el Laja" se encontraba bajo los efectos de estupefacientes y que se trató de un homicidio. Por su parte, él fiscal mantiene la petición de los 25 años de prisión por asesinato. La declaración de los forenses será determinante para esclarecer este truculento caso.