Internacional

¿Cómo funcionan las elecciones en Francia? Así es el sistema de doble vuelta por el que se elige al presidente

El sistema de segunda vuelta francés puede ser un 'cortafuegos' ante el ascenso de la extrema derecha representada por Marine Le Pen

Imagen del debate electoral celebrado antes de la segunda vuelta de las elecciones francesas. / Chesnot Getty Images

Francia decide su futuro este domingo, cuando se celebra la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. La disputa está, como hace cinco años, entre el liberal Emmanuel Macron, que puede convertirse en el primer presidente desde tiempos del general De Gaulle en ser reelegido con una mayoría parlamentaria afín; y la ultraderechista Marine Le Pen, que aspira a darle la vuelta a las encuestas para plantarse en el Elíseo.

El mayor enemigo de Le Pen no es Macron, sino el propio sistema electoral francés. Aunque esta vez los sondeos pronostican un resultado más ajustado que en 2017, cuando el candidato centrista obtuvo dos de cada tres votos en segunda vuelta, el 'cordón sanitario' a la extrema derecha reclamado por líderes políticos de todo el espectro político puede hacer que quienes votaron a otros candidatos en la primera fase se vuelquen ahora con Macron.

¿Cómo funciona el sistema electoral francés y por qué puede ser clave como 'cortafuegos' ante el ascenso de la extrema derecha?

Sufragio directo y doble vuelta

A diferencia de como ocurre en España, Francia elige a su presidente por sufragio directo, es decir, que en las elecciones presidenciales los ciudadanos votan directamente al candidato, en lugar de votar las listas presentadas por los partidos políticos. Mientras que en España el Congreso elige al presidente, en Francia lo hacen directamente los ciudadanos, lo cual abre la puerta a que los candidatos puedan no pertenecer a un partido político o, incluso, que no tengan representación parlamentaria.

El sistema electoral de las presidenciales francesas es de escrutinio mayoritario uninominal por balotaje. En palabras más sencillas, el ganador es el candidato que más votos consigue. Tiene dos oportunidades para hacerlo. Si en la primera vuelta obtiene mayoría absoluta (más del 50% de los votos), se proclama automáticamente ganador de las elecciones, pero en caso de no hacerlo —el escenario más habitual— se recurre a lo que se conoce como balotaje, esto es, una segunda vuelta entre los dos candidatos preferidos por la ciudadanía que se celebra 14 días después.

Pese a lo que pueda parecer por los resultados de la primera vuelta, Macron y Le Pen llegan más parejos que hace cinco años. En la primera ronda de 2017, Macron logró un 24% de los votos y Le Pen, un 21,3%. En esta ocasión, el candidato liberal ha obtenido un 27,8% y la ultraderechista, un 23,1%. No obstante, el presidente no termina de convencer a los acólitos del tercer candidato más votado, Jean-Luc Mélenchon. Según han expresado en una consulta interna, los padrinos de la candidatura de izquierda apoyarán mayoritariamente el voto en blanco o nulo.

Jean-Luc Melenchon se dirige a su electorado. / MOHAMMED BADRA

Por otra parte, Macron salió airoso del único debate antes de la segunda vuelta, pero algunos expertos consideran que no consiguió mostrar la imagen de profesionalidad que pretendía. En contraposición, Le Pen corrigió sus principales errores de 2017, mostrándose ahora como una opción más razonable y con propuestas tangibles, lo cual puede valerle el voto de muchos abstencionistas.

577 elecciones 'diferentes' en las legislativas

En las elecciones legislativas, en las que se decide quiénes son los representantes de la Asamblea Nacional de Francia (la cámara baja francesa), también hay doble vuelta. El motivo es simple: en Francia hay 577 diputados, uno por cada circunscripción. Ello quiere decir que cada distrito electoral elige a un candidato; o en otras palabras, es como si se celebrasen 577 elecciones distintas.

Las candidaturas en liza necesitan, al menos, un 12,5% de los votos para pasar a la segunda vuelta. En la segunda fase, al ganador le basta con la obtención de una mayoría simple para salir elegido. Los partidos políticos suelen presentar candidaturas separadas en la primera vuelta, pero lo normal es que en la segunda se formen coaliciones o bloques para sumar fuerzas.

 
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