Tribunales

Los acusados de no dar de alta a varias trabajadoras de un club de alterne en Cantabria evitan la cárcel

El negocio quedará clausurado durante un año

Juicio a los tres responsables de un club de alterne de Cicero por no dar de alta a trabajadoras.

Santander

Los tres acusados de emplear a varias mujeres extranjeras en un club de alterne de Cicero sin darles de alta en la seguridad social o sin permiso de residencia han reconocido los hechos y dos de ellos han aceptado una condena de un año de cárcel mientras que el tercero ha aceptado una de seis meses de prisión.

En la vista, celebrada de conformidad este lunes, 25 de abril, en la Audiencia de Cantabria, los acusados han reconocido haber cometido un delito contra los derechos de los trabajadores en su modalidad de empleo a personas extranjeras que carecen de permiso de trabajo y de un delito contra los derechos de los trabajadores en la modalidad de no dar de alta en la Seguridad Social.

Este delito conlleva también el pago de una multa de 6 meses a razón de 6 euros por día y la inhabilitación para ejercer cargo de administrador de industria o comercio durante un año.

Y se ha aplicado la atenuante de reparación de daño, ya que uno de los acusados ha consignado una deuda que tenía con la Seguridad Social de casi 200 euros.

Además, el club de alterne cerrará durante un año.

Según el escrito de acusación, uno de los procesados es el administrador único y socio fundador de la empresa que explotaba el club, y los otros dos, “contrataban a las mujeres, establecían los precios y dirigían el negocio”.

Además, uno de estos dos, el que ha aceptado una pena de seis meses de prisión, era hijo del propietario del inmueble en el que estaba instalado el club.

En octubre de 2017, funcionarios de Policía Nacional acudieron al club a realizar una visita en el marco de las actividades inspectoras y encontraron a once personas prestando servicios, todas ellas extranjeras, de las que siete desarrollaban actividades de alterne.

Seis de las personas identificadas eran mujeres que no estaban dadas de alta en la Seguridad Social, y otras tres carecían de autorización para trabajar.

En su escrito, la Fiscalía explica que las mujeres que ejercían el alterne “dormían, comían y cenaban” en el establecimiento, y su función era “captar clientes para incentivar el consumo de bebidas, recibiendo una retribución” que consistía en una comisión por cada copa.

Además, el club fijaba el horario de las trabajadoras, “con una jornada mínima de siete horas”, y éstas “vestían ropas de similares características, llamativas y provocativas, propias de la actividad que desarrollaban”.

"Conocían la obligación de todo empresario de dar de alta en la Seguridad Social a sus empleados, como lo demuestra el hecho de que otros trabajadores sí estaban dados de alta”, apunta el Ministerio público.

Además, la empresa representada por uno de los acusados “ya había sido sancionada por la misma infracción”.

 
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