No somos bichos raros los que seguimos llevando mascarilla

Alcoy

Hoy es el día Nacional de la Fibrosis Quística, enfermedad por la cual me hicieron el trasplante bipulmonar, una de las tantas enfermedades que se consideran de riesgo y todo esto lo digo porque parece que lo de la pandemia es historia, y no es así… la pandemia sigue, el bicho sigue y los contagios aumentan.

La mascarilla es una herramienta más de protección, llevar o no la mascarilla no hace raro a nadie, si tú no la llevas y nadie te dice que, porque no la llevas, deja que el que se la ponga no se sienta un bicho raro porque sigue llevándola. Quizá la lleva porque es una persona de riesgo, porque en casa tiene a alguien de riesgo, quizá tenga el coronavirus y quiera protegerte. Hay muchas razones por las que todavía se puede llevar la mascarilla y porque hasta antes de la pandemia, el ver a alguien en la calle o en algún sitio con mascarilla suponía un distanciamiento social automático, en plan… “me aparto no sea cosa que me contagie algo”, y justo podía ser lo contrario, que las defensas de esa persona estuviesen bajas y lo que no quería es ser el contagiado.

En estas fiestas la mascarilla ha brillado por su ausencia y es lícito, pero también se han formado aglomeraciones en las que poca gente la llevaba. No es ni mucho menos una garantía de que no se va a pillar el coronavirus, pero sí una medida que ha demostrado que a lo largo de la pandemia ha funcionado. Solo pido que seamos respetuosos, que el que la quiera lleva la lleve y el que no, no se le vea como un bicho raro como hace años. Espero también que ahora que ya es una cosa que lo hemos llevado todos, seamos conscientes de que por un resfriado tengamos la deferencia de ponérnosla en el trabajo o con la gente que nos rodea porque sabemos que funciona y porque hay mucha gente vulnerable a la que le vamos hacer un gran favor.