Un fagotista onubense que canta y toca instrumentos tradicionales de viento y percusión de distintos puntos de Andalucía y del resto de España

Antonio Rodríguez Sánchez es el hijo del mejor tamborilero de todos los tiempos, Antonio "el de Huelva". Por eso, la música siempre ha estado en casa formando parte de su cotidianidad. Se ha criado entre tamboriles y flautas de toda clase. De hecho, el las toca, es un músico capaz de tocar distintos instrumentos. Peor lo cierto es que no tardó en declinarse por el fagot. Actualmente, es un alumno aventajado de larga trayectoria y con mimbres para ser uno de los grandes fagotistas de Huelva.

Antonio Rodríguez Sánchez tiene tan sólo 22 años y estudia fagot en el Conservatorio Profesional de Música “Javier Perianes” de Huelva. Lleva en la música desde los tres años que comenzó con clases de canto y piano en la academia Arte y Sonido. Después siguió en la Escuela Municipal de Música de Cartaya con estudios de solfeo y percusión hasta el año 2008, que fue cuando entró a formar parte del Orfeón y Escolanía de Huelva dirigido por Vicente Ballester. En 2018, llegó por primera vez al conservatorio onubense en la especialidad de Fagot, instrumento que desde pequeño le llamó siempre la atención.

Ha asistido a diversas clases magistrales con otros fagotistas como Javier Aragón de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Hasta el momento, los profesores que más le han marcado han sido Ismael Forner y Ricardo Balaguer con los que ha descubierto el maravilloso mundo del fagot. Actualmente se prepara para entrar en la especialidad de canto. También toca instrumentos tradicionales de viento y percusión de distintos puntos de Andalucía y el resto de España.

El amor por la música tradicional le viene de familia. Una familia muy defensora de las tradiciones y de la música de nuestra provincia desde sus abuelos pasando por sus padres y hasta llegar a él. Antonio Rodríguez Sánchez ha asistido a conferencias y actuado en encuentros, festivales y exposiciones por todo el país, mostrando y defendiendo las tradiciones musicales de su tierra. En el futuro, lo tiene claro, quiere dedicarse plenamente a la música y su sueño es poder tocar en la Film Symphony Orchestra, dirigida por Constantino Martínez Ortiz. A partir, dice, "llegaré donde la música me lleve, componiendo, tocando en alguna otra orquesta, cantando o como antropólogo para así poder seguir investigando en nuestras raíces y poder recoger toda nuestra música tradicional y dejarla como legado a las nuevas generaciones".

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