Socialistas o leonesistas

León

La tensa asamblea de la agrupación de los socialistas de la capital leonesa, celebrada ayer, volvió a elegir por tercera vez secretario general al también alcalde de la ciudad, José Antonio Díez.

Su victoria, por algo más de la mitad de los votos emitidos, no parece poner fin a un conflicto que va mucho más allá de la lucha orgánica que la precede y que deja a la agrupación casi partida por la mitad.

Más allá de la legitima confrontación por el poder político está la diferente concepción que cada una de las partes tiene sobre el papel de los socialistas leoneses en una comunidad autónoma a la que buena parte de la población de esta provincia cuestiona su pertenencia. Unos por la nostalgia de un reino y otros por las razones que diariamente nos regala la mala gobernanza de la Junta.

El debate interno sobre la reivindicación de una autonomía leonesa que provocó hace dos inviernos el alcalde Díez, y al que siguieron vía mociones municipales y juntas vecinales más de medio centenar de localidades, ha colocado a la direcciones provincial, regional y federal de los socialistas en una situación de difícil encaje político.

Para no engañar a nadie debe admitirse que remover el mapa autonómico español como abandera José Antonio Díez es un empeño que requeriría de una revolución o de una larga sucesión de milagros. La vía democrática para la secesión es harina de otro costal y que en este caso pide un debate sereno y claro de los militantes socialistas de esta provincia.

Estos son tiempos muy propicios a aventuras políticas de tenor populista y que usan habitualmente el exitoso mensaje de la defensa de una patria perdida. Como vemos, en el panorama español las hay de todos los colores, de derechas, izquierdas y medio pensionistas.

No queremos salvadores de ninguna de esas patrias, los ciudadanos sí necesitamos que cada partido defina con claridad las líneas esenciales de su identidad y su programa político.