"Ejercía un control absoluto sobre mi vida, pero yo le complacía porque le amaba"

Sevilla

"Yo llegué a pedir perdón por vivir mi vida", recuerda Gala, que nos recibe en su casa para contar su historia y que sirva para que otras jóvenes no sufran lo que ella ha sufrido. Con 24 años inició una relación sentimental que duró dos años y medio, durante los cuales, su novio consiguió aislarla por completo de su entorno.

"Si salía con amigas, me llamaba continuamente para preguntarme dónde estaba, o a qué hora venía. No le gustaba que me quedase a dormir con amigas si también dormían allí sus novios. Si me hacía una foto sin consultarle, se enfadaba. Llegué hasta a tener miedo de ir con él por la calle y que alguien me presentase a algún chico y me diera dos besos, porque luego era horrible. Luego era una semana de desprecio. Podía pasarse toda la noche mandandome whatsaap pidiéndome explicaciones. Por supuesto, no se concebía que yo apagase mi móvil porque eso era una gran traición".

Así comienza Gala el relato de su historia, reconociendo que ese tipo de maltrato psicológico es tan sutil que muchas veces es difícil reconocerlo. "Yo no me sentía una mujer maltratada, yo le amaba. Fui yo quien decidí alejarma de amigas y amigos para evitar sus reacciones. Incluso renuncié a trabajos donde había otros hombres para no tener que soportar luego sus desprecios, para que no me dejase. Ejercía un control absoluto sobre mí pero yo no tenía herramientas para darme cuenta", recuerda.

Este tipo de violencia llegó a limitarla como persona. "Me volví insegura, me hacía sentir mala persona por vivir mi vida, yo hacía todo por complacerle. Un día me violó en un portal. Pero de eso me he dado cuenta ahora después de mucha terapia. ¿Cómo iba yo a pensar que mi novio me estaba violando? Yo le dije que no tres veces pero acabó ocurriendo".

Los colectivos feministas insisten en que las víctimas son cada vez más jóvenes y que la violencia comienza muchas veces con este tipo de control. Por eso es necesario hacer llegar el mensaje, especialmente a las niñas, de que los celos no son una demostración de amor.

Gala normalizó la conducta de su expareja y después ha vuelto a sufrir este tipo de violencia en otras dos relaciones posteriores. Ahora ha conseguido romper con este círculo vicioso. "Que nos escuchen a quienes lo hemos pasado. Que te controle el móvil es maltrato. Que tú no puedas estar tranquila con amigas porque te está acosando con mensajes es maltrato. Que lo sepan, y que huyan", les pide.