La decepción de la educación pública

Córdoba

Como cada mes de mayo, a numerosos colegios públicos de Andalucía llegan las decepciones. Como cita inexcusable desde hace muchos años, nos encontramos con la marcha atrás que la administración viene aplicando a estos centros con el recorte de unidades.

Tenemos un problema de natalidad. Cierto. Pero también lo hay de ratios. Y el compromiso de la consejería de Desarrollo Educativo para este curso era aprovechar el descenso de demanda para propiciar menos alumnado por aula. Lejos de esta solución, en sus departamentos de planificación ya han aplicado la tijera. Y siempre les toca perder a los mismos. Porque dentro de los centros "sostenidos" con fondos públicos están los públicos y los concertados. Y los recortes llegan siempre a los primeros.

Se da la casuística de que las delegaciones territoriales han venido prometiendo a determinados centros, a los que recortaba alguna unidad de infantil, que podrían recuperarla con el aumento de demanda en cursos posteriores. Pero la realidad es tozuda y las AMPAs que han trabajado intensamente para conseguir solicitudes se encuentran con la decepción. No se recuperará esa línea de infantil de 3 años que se perdió. El colegio seguirá adelgazando. Y las ratios continuarán arriba. Y estos centros miran a su alrededor, donde otros centros "sostenidos", que no públicos, mantienen sus líneas intactas. Recordemos que eran conciertos para, en teoría, llegar adonde los centros públicos no podían llegar. Pero, seamos realistas, ese ya no es el sentido de nuestro sistema. Al menos, estaría bien repartir las pérdidas.

Para garantizar una educación pública de calidad no solo se necesita diálogo y planificación, sino voluntad política. Al fin y al cabo, es la base del desarrollo de nuestra sociedad. Este mes las puertas de muchos centros se llenan de madres y padres pidiendo una educación digna en su colegio, que a la vez está arraigado a su barrio. O a su pueblo. Esperando una respuesta que no sea una nueva decepción.