Más allá de la escapada

Jerez de la Frontera

MÁS ALLÁ DE LA ESCAPADA

Buenas tardes.

Encantada de volver a decirles: “Permítanme”, y asomarme un par de minutos a su día; gracias, Eugenio, y a todo el equipo, por invitarme a esta nueva aventura común.

Recta final del verano; para algunos, sinónimo de viajar y para muchos de desconectar. Misión casi imposible hoy no dejarme llevar por asociación de ideas y que afloren los Recuerdos en esta línea. Me ha gustado viajar desde siempre, aunque, cuando ha sido posible, fraccionado a lo largo del año. Para cada cual viajar tiene un significado. En mi caso, diría que la mayoría de las veces he buscado una `desconexión conectante´. Conexión hacia fuera, con los variados paisajes y singulares paisanajes de los lugares visitados; conexión hacia mí misma, más favorecida cuando la estancia estaba circunscrita a un único lugar. Observar la diversidad; enriquecerme con lo que veo, oigo, siento. Disfrutar del colorido de otras costumbres y de otras gastronomías; aprender, así como llevar con orgullo mis raíces a otras tierras. En una palabra: compartir: con las personas del lugar; con los seres queridos que me acompañan en cada uno de ellos, creando un ambiente de especial intimidad, sin `ruidos´. Y, conmigo misma; Escuchar la voz de los Silencios, una voz y unos silencios que nada tienen que ver con los de la cotidianeidad. O, sencillamente, recrearme en lo que lleva implícito el poder estar ociosa, sin otras pretensiones. Más que “cargar pilas”, intentar `parar´ para recanalizar la energía. Mención aparte merecerían los viajes con significado especial.

Viajes dictados por el Corazón para unirme por siempre a unos lugares que, por distintos motivos, los he llevado ahí, bien dentro, aun antes de visitarlos. Pero de esos, ¡tan relevantes!, permítanme que les hable en otra ocasión.

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Gracias y un saludo.

(COVADONGA TRAVERSO BLANCO)