Ha muerto la esposa de Juan Melero

Almería

Esta tarde nos ha dejado para siempre una mujer que forma parte de la historia de nuestro fútbol por todo lo que ha vivido junto a su inseparable Juan Melero Marín. Una vida y una familia compartida salpicada de triunfos y derrotas por la vida de un emprendedor de Telefónica que tiene en el fútbol su gran pasión. Los últimos años de su vida han sido de enorme lucha y su familia siempre ha estado a su lado, especialmente Juan, que no ha sabido adaptarse a la enfermedad porque toda la vida fueron de la mano tan unidos. Sus hijos: Diana, Cristina, Laura y Antonio siempre tan unidos a sus padres empiezan a asimilar la pérdida de una madre.

Para un hombre del fútbol como Juan Melero la mayor de sus victorias fue conocer a Mari Carmen, una almeriense que le cambió la vida y le ha acompañado hasta el último de sus días en todas sus grandes aventuras. Deben saber los hijos de Juan y Mari Carmen lo importante que era su madre en todo lo que hacía un emprendedor que pasaba una etapa en Madrid siempre con una gran mujer a su lado que le daba cuatro hijos maravillosos que he tenido el placer de conocer desde pequeños. No había uno de tantos viajes que hicimos juntos a lo largo de la vida Juan y yo donde no apareciera Mari Carmen. Le va a costar mucho a Juan rehacer su vida. No daba un paso sin el apoyo de Mari Carmen.

Está en el Tanatorio Portocarrero y la Misa será este lunes a las 16 horas en la Capilla.

Recuerdos

En estos momentos de infinita tristeza aparece la sonrisa de Mari Carmen en uno de esos días de felicidad que siempre aparecían en el hogar de los Melero Hernández. Una familia numerosa que iba creciendo con el impulso de unos padres muy trabajadores que afrontaron todos sus retos siempre de la mano. Melero, siempre afrontaba grandes retos con el fútbol como pasión y siempre la consulta a Mari Carmen era clave para lanzarse. Estamos ante un sabio del balón que siempre tuvo su gran secreto en casa cuando llegaba cansado y roto por la derrota el consuelo era Mari Carmen y sus niños que han heredado lo mejor de sus padres. También celebraban unidos los grandes triunfos.

Tuve la oportunidad de conocerla mucho y bien porque en esos largos viajes por España cuando ni la radio nos quitaba el sueño al turnarnos al volante siempre pensábamos en lo que teníamos en casa y por qué luchábamos: esa era la fuerza de Juan Melero. Había que llegar a Almería sanos y salvos. Cuánta tristeza y soledad para un gran hombre. Ahora le toca a Mari Carmen hacer que se levante y siga liderando a una gran familia. La vamos a echar mucho de menos. Quién dijo que detrás de un gran hombre hay una gran mujer pensaba en Mari Carmen.