Los Puntos: mi vida en sus canciones
Los conocí en persona en Saveres vendiéndoles piezas para su furgoneta

Los Puntos forman parte de mi vida y sus canciones son la banda sonora. / Cadena SER

Almería
“María, María, pequeña María, que vives soñando a la orilla del mar”, cantada con esa voz aterciopelada Pepito, la llevo en mi corazón como una de las grandes canciones de Grano de Oro. Mi pasión por Los Puntos es infinita y comenzaba en aquellos tiempos de estudios en la Escuela de Maestría cuando había que estudiar los domingos con la radio puesta escuchando la ‘Plataforma Mundial del Disco’ de Enrique Martínez Leyva. El primer disco que compré fue ‘Llorando por Granada’ en Río Preto Radio a mi querido Andrés Felices, compañero del cole.
Pero luego iba a ver montar los bártulos de sus actuaciones en Almería (no los vi nunca en directo), que a las 10 había que estar en casa. Y lo mejor de esta historia: venderle piezas para sus furgonetas Mercedes haciéndoles un 10% de descuento sin que se enterara mi primo, el jefe don Antonio. Tengo en casa casi todos sus ‘elepes’ y el privilegio de conocer a Ramón Solano, el peluquero de ‘Las Barandillas’ que tiene todos sus discos.
No me los perdía ni por la televisión ni por la radio y conocerlos en persona fue lo mejor que me ha pasado en mi relación con Los Puntos: sencillos, cercanos, extraordinarios y... De Almería, señores. Belmonte y Grano de Oro son mis dos puntos del alma y todos los demás siempre puntos y seguido, ninguno y aparte.
Le han cantado a todo lo que a mí me importa en esta vida. Sé de memoria casi todas sus canciones y algunas las he cantado con su creador compartiendo mesa en los Premios de LA VOZ. “Un, dos, tres, nunca lo sabré...” Que decía la canción de Magdalena y esa tierra mora, Almanzora, o el ‘Llorando por Granada’ que un día escuché cantar a mi nieto Dany, bajando al sótano corriendo (los dos) para enseñarle el disco original ¡Bravo! sus canciones nunca van a caducar.
Me enamoré, me casé, fui padre, abuelo, amigo, compañero... todo lo que hice en la vida está en las canciones de Los Puntos, esas que escuchaba mientras estudiaba los domingos por la mañana porque la tarde era para ver al Almería de mi alma.
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Estudiante
“Cuando salga la luna, cuando salga voy a verte”, puede ser la canción de mi etapa con los libros viendo a muchos amigos con novia y yo aferrado a la carrera de electrónica. Me fui a la Mili sin pareja y solo podía contar amigas, como mucho. Pero nunca me faltaron las canciones de Los Puntos sonando por la radio y en el tocadiscos que no era del todo mío, pese a que lo pagué con el dinero de mi hucha, y dijo mi madre que era de todos los hermanos: amén. El primer disco que compré fue ‘Llorando por Granada’ y me lo vendió Andrés Felices que ya despachaba en la tienda de sus padres. Éramos buenos vecinos y mejores compañeros. Yo era el ‘empollón’.

A mi izquierda está Pepe Grano de Oro, el autor de los grandes éxitos. / Cadena SER

A mi izquierda está Pepe Grano de Oro, el autor de los grandes éxitos. / Cadena SER
Currante
“A la Feria no puedes faltar, a la Feria a la orilla del mar”. Un verano de 1975 llegó la oportunidad de ayudar en la casa trabajando en Saveres y pasé a estudiar ‘nocturno’ mientras firmaba mi primera nómina como aprendiz. Me mandaron a Recambios con el señor Rojas y un día me dijo mi compañero Enrique que habían llegado Los Puntos a reparar la furgoneta. No iban todos, se bajó Belmonte y Grano de Oro en el otro asiento.
Me los presentó y me los quedé en propiedad como clientes y les hacía el mismo descuento que a los talleres mecánicos (sin que se entere mi primo) que sigue siendo el jefe de Saveres. Iban creciendo, cada vez la furgoneta más grande y los viajes más largos; y mi economía me permitía pasar de los discos sencillos a los ‘elepes’ que guardo como tesoros.
Discos
“El Sur, tiene algo para ti, el Sur, si quieres venia al Sur”. Tengo muchas cintas de casete y casi, casi todos sus discos grandes, pero nada que ver con Ramón Solano que en su peluquería de las ‘Barandillas’ en el Barrio de Los Ángeles, los tiene todos. Allí iba Pepito en la recta final de su vida cuando nadie pensaba lo que podía pasar. Nadie cantó las coplas de Grano de Oro como Pepito. Siempre sonando Los Puntos en su jornada de trabajo en la peluquería. ¡Qué grande Ramón Solano!
Letras
“Goodbye Goodbye quien puede olvidar”. Eso, que me tengo que despedir con una de las mejores canciones de Los Puntos. He sabido transmitir mis sentimientos a los que me han rodeado a lo largo de la vida y les pido perdón por los interminables ‘conciertos’ que les he dado. Especialmente a mi madre, Carmela, porque me decía: “Quítale voz al tocadiscos que hay vecinos durmiendo”. Y como granadina su ‘Llorando por Granada’. Los Puntos para siempre.

Tony Fernández
Redactor de Deportes de SER Almería. Llegó a la SER en 1996. Antes, en RNE. Más de 40 años de experiencia...