Charocracia

Sevilla

¿Qué es una "Charo"?

Vendría a ser una mujer adulta, madura, o incluso mayor, en cualquier caso no joven, que exterioriza actitudes consideradas de izquierdas.

Para el caricaturista, la "Charo" de manual sería una mujer de edad que expone puntos de vista opuestos a los de Vox, o se manifiesta por una causa progresista, y que además tiene el aspecto –la ropa, el pelo, los abalorios– que quien así la llama considera propio de sus adversarios ideológicos.

Algunos de ustedes ya habrán oído ese término. Los que no lo hayan escuchado nunca lo harán pronto, porque está de moda.

"Vivimos en una charocracia", le he leído en X al influencer Wall Street Wolverine, cuyo contenido contra el feminismo llega en masa al público joven. Responsables de Vox como Hermann Tertsch también propagan el término.

Aunque esto de las "Charos" pueda parecer una más de las maldades ofensivas que circulan por el submundo digital, en realidad tiene un trasfondo relevante.

Miremos la última encuesta de 40dB., publicada la semana pasada por EL PAÍS y la SER.

Vox es el primer partido en intención de voto en el conjunto de la población de 18 a 44 años.

Es el primero entre los trabajadores.

Es el primero entre los estudiantes.

Es el primero en las poblaciones entre 50.000 y 100.000 habitantes.

Es el primero en Andalucía —sí en Andalucía— y en la Comunidad Valenciana, que suman unos 14 millones de habitantes.

Entonces, ¿ qué frena a Vox? ¿Qué le impide a Abascal competir de tú a tú con Feijóo y Sánchez?

Sobre todo, las mujeres. Mientras Vox es primero en intención de voto entre los hombres, con un 22,3%, entre las mujeres se queda en un 13,1%.

Y los grupos de mujeres que más se le resisten son la generación X, de 44 a 59 años, y sobre todos las generaciones boomer y silenciosa, a partir de 60.

Ahí debe de haber bastantes de esas mujeres a las que la extrema derecha llama "charos".

Tiene lógica que Vox les tenga inquina: son un escollo para su fulgurante ascenso.