Economía y negocios

El estrés hídrico amenaza al campo aragonés

La creación de manchas de regadío y la modernización de los sistemas son la clave para gestionar el agua, un bien cada vez más escaso

Los recursos del agua no son inagotables, la clave está en su conservación y control en el campo. / GETTY IMAGES

Zaragoza

El cambio climático cambia el ciclo natural del agua. El sector primario sufre importantes episodios de sequía que desencadenan en lluvias torrenciales e inundaciones. Los expertos calculan que en las próximas tres décadas los recursos hídricos disminuirán un 11%. “Esto es un gran problema, porque esto provocará muchos conflictos ya que la demanda del agua será mucho mayor porque las temperaturas hasta 2050 subirán 2º”, asegura Pablo Resco, responsable del departamento de riesgos agrarios de COAG.

El estrés hídrico provocará que la frecuencia de sequías sea hasta 5 y 10 veces más alta. Un fenómeno que incrementará las plagas y enfermedades. En el caso del trigo, las pérdidas por este motivo” pueden superar el 60% de la producción”, añade. Las lluvias serán más intensas y se concentrarán en otoño, por lo que el agua será menos aprovechable por los cultivos. Para mitigar este impacto, Resco propone hacer una gestión responsable del agua. La llave está en la modernización y transformación de regadíos. “El regadío te permite aminorar mucho de estos efectos”, insiste.

Los recursos del agua no son inagotables, la clave está en la conservación y control. En Aragón se trabaja en dos ejes: la creación de pequeñas manchas de regadío y la modernización de los sistemas. Aragón trabaja para dejar atrás el riego a manta. El objetivo es modernizar los sistemas para hacer una gestión responsable. El director general de desarrollo rural, Jesús Nogués, habla de adaptación porque antes “se abrían las tajaderas, se llenaban los campos de agua y al cabo de 15 o 20 días se repetía la operación”. Una fórmula, la del riego a manta, “provoca una baja eficiencia del uso del agua y limita los cultivos”.

Por eso, ahora se reconducen los sistemas de riego a la modernización o transformación. “El riego presurizado, a goteo, tiene una eficiencia de hasta un 95%”, apunta Nogués. Aragón creará, hasta 2027, 38 mil hectáreas de nuevas manchas de regadíos y modernizará 70 mil. Un ejemplo está en el sistema de Bardenas. Su presidente, José María Vinué, iniste en que “la modernización es sinónimo de ahorro de agua y de fertilizante por lo que el impacto climático es menor, aprovechando al máximo todos los recursos”. Un sistema que trabaja en la modernización de más de 5.800 hectáreas.

 
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