En la trastienda de la final

Quique Muñoz, ante el final de la temporada de Hockey sobre Hielo, habla de los valores del deporte en este artículo de opinión

"El final de la temporada de hockey sobre hielo en su categoría sénior nos ha deparado unos apasionantes enfrentamientos entre el Club Hielo Jaca y el Club Gel Puigcerdá.

Con ser unos magníficos acontecimientos deportivos, no es su parte competitiva la que motiva este escrito, sino ciertas coincidencias que lo hacen especial, referidas a los denominados “valores” del deporte y que considero importante resaltar.

El relato se centra en dos jugadores, uno por equipo, y ambos, para mí, ejemplares. Posiblemente sean los últimos representantes de una generación a la que rindo homenaje a través de ellos.

Quien me relacione con alguno de los protagonistas podrá pensar que mi opinión es partidista, pero le aseguro que es esa relación la que me anima a compartir mi experiencia y sentimiento, porque creo que es positivo hablar de las cosas buenas que hay en la “trastienda” de este enfrentamiento deportivo.

Además de jugadores, ambos son los capitanes de los equipos en liza y los dos son jacetanos. Empezaron a patinar juntos cuando rondaban los cinco años y hasta los dieciocho compartieron las categorías inferiores del CH Jaca, además de las respectivas selecciones nacionales.

La diáspora universitaria y el posterior devenir de sus vidas los convirtió en rivales durante otros veinte años, aunque siguieron compartiendo equipo nacional e incluso habitación durante sus largas concentraciones por diversas partes del mundo.

Podría ser su último enfrentamiento si alguno de ellos decidiera colgar los patines tras treinta y cinco años compartiendo la afición por este deporte, el compromiso con sus respectivos clubes y con su federación, además de con tantos compañeros, entrenadores y directivos. Lo harían siendo los referentes en sus vestuarios bajo la responsabilidad de la capitanía y compartiendo siempre la amistad que empezaron a forjar, siendo niños, en aquel vestuario de la antigua y querida pista de hielo.

¿Cuántas horas de entrenamientos y desplazamientos puede haber detrás? ¿Cuántas alegrías, decepciones, ilusiones y experiencias? Hablamos de una parte muy importante de la vida transcurrida, dedicada a este deporte, precisamente cuando se forja la personalidad y el carácter de cada uno.

Los dos atesoran un gran palmarés, pero, si algo tuviera que destacarse en ambos, es la exquisita deportividad que ha presidido sus trayectorias. Así lo atestiguan las estadísticas federativas y así lo hemos podido comprobar todos en la propia pista.

Estoy seguro de que, cuando terminen su etapa como jugadores, seguirán ligados a este deporte en otras funciones porque no se puede ni se debe prescindir de tanta experiencia y ejemplo mientras quieran. Ambos están rodeados, además, de un entorno familiar de padres, hermanos, hijos y sobrinos, todos ellos picados por el virus del hockey, del que no van a tener fácil salir, en el caso dudoso de que lo pretendieran.

No quiero terminar sin valorar el gran trabajo y dedicación desempeñados en todos estos años por los técnicos, directivos y colaboradores que han guiado sus trayectorias, teniendo (casi siempre) ideas claras y compartidas sobre los objetivos —también los formativos— que debían guiar su trabajo, especialmente en las categorías inferiores.

Si se me permite la intromisión y, dado que la generación de nietos ya lleva los patines puestos y el stick en la mano, deseo que esos objetivos no pasen por formar campeones a toda costa, sino por favorecer el placer del juego, haciendo amigos y formando buenas personas y ciudadanos solidarios al tiempo que progresan en el dominio de las habilidades técnicas y los conceptos tácticos necesarios en cualquier deporte. Lo demás ya vendrá como les vino a nuestros protagonistas.

Como aficionado, os felicito por vuestra trayectoria y palmarés. Os agradezco vuestro ejemplo de deportividad y lo que habéis aportado al desarrollo y buena imagen de este deporte. Sois el mejor espejo para todos los niños, niñas y jóvenes que integran su gran cantera.

Los dos merecéis despediros con la victoria final. También vuestros clubes, vuestras aficiones y vuestras ciudades, tan semejantes en casi todo. Pero, dado que eso no puede ser, que gane el mejor y más lo merezca en la pista; pero luego, que no falte el último abrazo de los capitanes"

QUIQUE MUÑOZ