¿Nos sentimos orgullosos de ser aragoneses?
Lo preguntamos en la calle y a voces destacadas de la ciudanía

Alberto Gómez
Zaragoza
El 23 de abril ha sido durante décadas una fecha reivindicativa. Una enorme bandera de Aragón solía salir a la calle, al Paseo Independencia, para pedir más autonomía, mejor reparto de los recursos, más presencia y voz en el país. La enorme bandera cuelga hoy del Pignatelli, la sede del gobierno de la comunidad. ¿Qué significa? ¿Significa que no hay nada más que pedir? ¿Nos conformamos con lo que tenemos? ¿Y si la identidad se midiera con lo que creemos que nos falta? ¿Cómo y cuánto de aragoneses somos? ¿Tienen sentido las identidades en un mundo tan globalizado? ¿Te atreves a ponerte una nota de cómo de aragonés o aragonesa eres tú?.
Francisco Gracia, Decano del Colegio de Economistas de Aragón, pone la mirada en las grandes inversiones económicas en Aragón, la adaptación a nuevas tecnologías y la transición energética. Gracia destaca que Aragón es "un territorio fiable y confiable" lo que ha atraído inversiones significativas. Sin embargo, también menciona los desequilibrios territoriales, con una gran concentración de población en la capital, Zaragoza.
Señala que, "aunque estos desequilibrios son un desafío, las inversiones en energías renovables y otros sectores están comenzando a distribuirse más allá de la capital, lo que podría ayudar a equilibrar la situación". También, que Aragón tiene una gran capacidad para generar energía renovable, lo que la hace atractiva para los inversores, aunque reconoce que esto puede tener algunos impactos negativos.
Para Tomás Aragón, representante del Consejo de la Juventud de Aragón, nuestra comunidad "ha sido una tierra que ha exportado mucho talento, pero que ahora muchos jóvenes están volviendo con orgullo a su tierra". Un identidad aragonesa que sigue siendo fuerte entre los jóvenes, incluso aquellos que han viajado y vivido fuera. La participación juvenil en causas sociales como el cambio climático, infraestructuras y emprendimiento es notable, aunque la participación general en la sociedad está dispersa.
La misma pregunta sobre identidad aragonesa y el aragonesismo se la hacemos a Víctor Juan, del Rolde de Estudios Aragoneses, que dice que "el aragonesismo es un amor eterno por Aragón, su historia, patrimonio y su gente. Un sentimiento que no es excluyente y que es necesario conocer para valorar lo propio".
Víctor Juan mira hacia la influencia de las redes sociales y la importancia de formar a los jóvenes para que adopten un punto de vista crítico. Y es que la identidad aragonesa se sustenta en símbolos auténticos y es esencial conservar la cultura y forma de ser que se ha gestado durante siglos. Además, destaca la integración y acogida de personas de diferentes orígenes en Aragón, lo que refleja el carácter inclusivo de la comunidad.