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Cartas al Director: ¡Viva el Sáhara libre!

Manifiesto firmado por la Asociación Alouda de Huesca

La Resolución de la Asamblea General de la ONU de 20 de diciembre de 1966 fue la primera entre muchas, en la que se reafirmó el derecho inalienable del pueblo del Sahara español a la autodeterminación. En 1975, sin respetar ese derecho, sin respetar las promesas hechas al pueblo saharaui, y haciendo dejación de su responsabilidad como potencia colonizadora, el Estado Español entregó de hecho el Sahara Occidental a Marruecos y Mauritania.

Tras una guerra de 15 años entre el Estado de Marruecos y el pueblo saharaui, en 1991 fue declarado un alto el fuego y, bajo los términos de un acuerdo de la ONU, se prometió un referéndum de autodeterminación. Diecinueve años después, con su territorio nacional ocupado por Marruecos, los saharauis aún esperan ese referéndum.

Unos 165.000 saharauis que huyeron de la ocupación y la guerra permanecen aún alojados en penosos campos de refugiados en el desierto argelino. Dentro del ocupado Sáhara Occidental, la población saharaui sufre discriminación y abusos de derechos humanos, mientras sus recursos naturales son explotados por el Gobierno de Marruecos y el Sahara se puebla con colonos marroquíes.

En este marco de injusticia y opresión la protesta pacífica, razonable, civilizada, de los saharauis de los territorios ocupados en el campamento por la Dignidad, en las proximidades de El Aaiun, no se ha podido resistir por la monarquía y el gobierno marroquí que han reaccionado como lo que tristemente son: una dictadura. Han reaccionado frente al indefenso pueblo saharaui con la violencia feroz y gratuita de quien a falta de argumentos tiene las armas, de quien a falta de razón tiene el poder sin freno.

Y la represión continúa si cabe más dura, no tenemos datos contrastados, se habla por fuentes saharauis de una centena de desaparecidos y de una auténtica limpieza étnica, pero sí tenemos el dato contrastado de la trayectoria del Estado marroquí en las violaciones de derechos humanos, las conversaciones con los saharauis y declaraciones de activistas sobre la tortura y el traslado de detenidos a Marruecos,; así como el muy inquietante dato de que no se permita la información libre y transparente. ¿Qué se quiere ocultar sino es la represión? ¿El genocidio?

Y frente a ello, el silencio internacional. La ONU, la Unión Europea y España miran directamente a otra parte o se quedan en retóricas declaraciones de honda preocupación, buena voluntad y llamamientos a un diálogo imposible sin previa justicia y restablecimiento del derecho a decidir.

El doble rasero y la razón de Estado triunfan. La ONU no vigila mediante la MINURSO el respeto a los derechos humanos en el Sáhara ni impulsa el prometido referéndum. La Unión Europea no hace del cumplimiento de los derechos humanos un requisito imprescindible para establecer sus relaciones económicas y comerciales, antes al contrario, concede al Reino de Marruecos el trato de socio privilegiado.

El Gobierno de España antepone la supuesta seguridad en el norte de África y los intereses económicos al cumplimiento de sus obligaciones históricas y sus propios principios y valores constitucionales, que pasan por el respeto a los derechos humanos. Las resoluciones de condena de la represión y apoyo a la autodeterminación, que los partidos políticos aprueban por unanimidad en Ayuntamientos y Parlamentos autonómicos no son mantenidas ni asumidas por el Gobierno. Se ha dicho por la Ministra que España no es la potencia administradora porqué renunció a la misma en 1975. NO ES CIERTO, A LA RESPONSABILIDAD NO SE PUEDE RENUNCIAR. De la responsabilidad, en el peor de los casos, se hace dejación, y el Gobierno de España hizo dejación en 1975, cuando vivíamos en una dictadura, y está haciendo dejación en 2010. Una vez más, nuestros representantes no nos representan.

La intoxicación informativa para defender lo indefendible ya ha empezado. Se nos dice que, ciertamente, la situación del Sahara es triste pero inevitable, no cabe otra solución que mejorar en lo que se pueda la situación humanitaria pero sin incomodar al Estado marroquí. También se afirma que la solución pasa por el acuerdo entre las partes, como si hubiese dos partes equiparables en posición de igualdad y con similares derechos.

No es cierto. El derecho de autodeterminación no puede negociarse. A ese respecto hay que aclarar una vez más que

El pueblo saharaui tiene reconocido su derecho a la autodeterminación por la Asamblea General de Naciones Unidas, por su Consejo de Seguridad y por el Tribunal Internacional de Justicia, por lo que ese derecho tiene carácter irrevocable y sólo puede agotarse con su ejercicio.

El titular de este derecho sólo puede serlo el pueblo saharaui, sin que pueda ser ejercido por los representantes del mismo.

El derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui sólo puede ejercerse mediante el procedimiento democrático del referéndum, sin que sea posible suplir esta técnica por otra del tipo de "acuerdo político".

Y NO ES CIERTO QUE NO HAYA SOLUCIÓN. Hay una solución realista, política y alcanzable: El respeto a los derechos humanos y la autodeterminación en el Sahara (Y la democratización en Marruecos). Sin solución el horizonte será más y más dolor y sufrimiento, y tal vez, ante la inaguantable frustración del pueblo saharaui durante estos largos años, la guerra: El mayor de los fracasos.

Y la solución, como tantas veces se ha dicho, nos concierne a todos, a los grupos sociales y a las personas individuales, debemos alzar la voz y conseguir que se nos escuche. Debemos exigir que nuestros gobiernos nos representen y ejerzan presión diplomática y política sobre el Estado marroquí para que se consiga:

1º.- Cese inmediato de la represión y liberación de detenidos, comisionando a las fuerzas de la ONU para que garanticen el orden público y el respeto de los derechos humanos en el Sáhara.

2º.- Se cree una comisión de investigación, y en su caso un Tribunal Penal internacional, bajo el mandato de la ONU, que determine las responsabilidades y delitos cometidos por las autoridades de ocupación contra la población saharaui.

3º.- Se articule un calendario con fechas concretas para el ejercicio, bajo la tutela de la ONU, del derecho de autodeterminación de la población autóctona del Sahara occidental.

Con los saharauis en el corazón: ¡VIVA EL SAHARA LIBRE!

 
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