Pablo Carreño modificará su calendario para venir "a ganar" el Gijón Open

Gijón

La organización del Gijón Open, el torneo de tenis ATP 250 que organizará la ciudad en el mes de octubre, está feliz y satisfecha. Por un lado por haber conseguido el objetivo de lograr una competición de estas características para España y, concretamente, para Gijón. Algo que el presidente de la Federación Española de Tenis Miguel Díaz recordaba que es "muy difícil, porque no hay torneos a la venta". Por otro, por las fechas que le han tocado, en las que el Gijón Open solo deberá competir con otro torneo novedoso y del mismo nivel: el de Florencia. Eso invita a pensar al director del torneo, Tomás Carbonell, que la participación sea de gran nivel y que puedan apuntarse jugadores de los primeros puestos del ránking.

El cartel definitivo de participantes se conocerá seis semanas antes del torneo; ese es el plazo que tiene los tenistas para inscribirse en cualquier competición del circuito ATP. La organización, en todo caso, se reservará alguna invitación por si alguno de los primeros espadas del tenis mundial decide participar a última hora.

Quien tiene asegurada su presencia en el torneo y vendrá a darlo todo por ganarlo es el gijonés Pablo Carreño, que además de ser imagen del Gijón Open estuvo presente en el acto de presentación oficial del mismo en el ayuntamiento. Explicaba el medallista olímpico que renunciará a los torneos de la semana previa para llegar en las mejores condiciones a un torneo que para él será "especial", lo que supone un gran aliciente pero también un punto de "nerviosismo". Como dato emotivo, Carreño comentaba que será la primera vez que su abuela pueda verle competir en directo en un torneo de primer nivel.

La alcaldesa de Gijón, Ana González, expresó su satisfacción por que la ciudad organice un evento que "además de la repercusión deportiva tendrá una proyección económica importante, ya que divulgará la imagen de la ciudad por todo el mundo" y dejó claro que, aunque el torneo llegue de forma coyuntural por la guerra entre Rusia y Ucrania y los conflictos en Asia, el equipo de gobierno se lo plantea como una apuesta de futuro.