El PP reprocha a Barbón que no sabe gestionar y que deja Asturias "peor que cuando llegó"

Oviedo

El presidente del Principado, Adrián Barbón, se ha sometido este martes a una “prueba de eficacia”; un examen en el que ha devenido la segunda jornada del debate sobre el estado de la región, y a la que el grueso de los grupos de la oposición llegaban con la nota puesta. El suspenso más rotundo ha sido el adjudicado por la portavoz del Partido Popular, Teresa Mallada, que ha convertido la supuesta ineficacia gestora de Adrián Barbón en el leitmotiv de su intervención. Mallada ha ido repasando uno por uno, todos y cada una de las parcelas de la gestión pública, de la economía, a la educación, de la sanidad a la cultura, pasando por los servicios sociales, las infraestructuras y el turismo, y la calificación ha sido siempre la misma: suspenso.

Mallada empleó una cadencia sosegada, lejos del tono airado de otras ocasiones, pero metódicamente trató de poner en evidencia a todos los departamentos del gobierno socialista, uno por uno. La respuesta de Barbón fue ir a sus lagunas y afearle su silencio sobre el anuncio estrella de su discurso de ayer de nuevas ayudas para el cuidado de niños y el fomento de la natalidad. La del PP ha abundando en las supuestas evidencias de la ineficacia del Gobierno, aludiendo al incumplimiento de sus propios planes legislativos, la baja ejecución presupuestaria o la perpetuación de una burocracia asfixiante, a lo que el presidente le ha acusado de olvidarse que ha sido él quien le ha declarado la guerra a la burocratización que lastra el desarrollo económico. Pero ni por esas ha logrado Barbón que Mallada le subiera la nota a pesar de que en el saldo del debate queda una oferta de negociar los próximos presupuestos, también es cierto que deslucida por la desconfianza mutua. "Esto va de saber gestionar o saber hacerlo", le ha espetado Mallada al presidente para a continuación afirmar que "Asturias está peor ahora que cuando usted llegó". Ante la había ofrecido negociar los presupuestos de 2023, pero Barbón ya advierte que si la oferta consiste en recurrir "a lo de siempre, bajar impuestos", no les encontrarán.

EL RACA-RACA DE CIUDADANOS Y CHISPAS CON PODEMOS

En esta legislatura ya madura, Barbón ha tenido más filin con Ciudadanos que con el PP, e incluso que con algunos grupos de la izquierda, pero este martes a la portavoz naranja, Susana Fernández, le tocaba pasear por el alambre sin caer a un lado ni a otro, ofreciéndose de nuevo como socio presupuestario fiable para 2023, pero sin dejar de marcar distancias con un gobierno que también ella considera ineficaz, y del que reclama menos impuestos para sentarse a hablar.La negociación moldeará las posiciones de cada cual y si la cosa va bien limará las aristas de modo que las piezas acaben por encajar, pero como ese momento no ha llegado todavía, la respuesta de Barbón ha sido un rechazo contundente a cualquier bajada de impuestos "por injusta".

Curiosamente los momentos más tensos por lo elevado del tono llegaron con la intervención de uno de los grupos de la izquierda. El portavoz de Podemos, Rafael Palacios, que también llevaba en el guion una oferta de mano tendida para negociar los presupuestos, no tuvo reparos en reprochar al Gobierno un esfuerzo insuficiente para revertir los elevados índices de pobreza de la región, o una política fiscal de escasa progresividad, o el adelgazamiento del sector público, o la gestión opaca del ERA. Y al final el debate se ha encendido cuando se ha convertido en un cruce de reproches mutuos con barbón sobre la responsabilidad por lo que Podemos considera el gran fracaso colectivo de la legislatura: el naufragio de la reforma del estatuto.