72-92. MasterClas canario de Sant Antoni

Ibiza

Class Sant Antoni ha arrollado a Gran Canaria para llevarse una victoria cómoda cuando peor pintaba el partido y más atascado parecía el equipo de la Villa de Portmany. El conjunto de Carlos Flores ha firmado un parcial demoledor en el final del tercer cuarto y el arranque del último parcial, 3-30, con festival en ataque y una defensa de libro. La fiesta la ha iniciado, el de siempre, Jordi Grimau, al que nunca le tiembla la mano cuando pintan bastos, pero el veterano escolta de los ibicencos ha encontrado una alma gemela para afrontar la fase de ascenso a LEB Oro. El reciente fichaje de Rafa Casanova es la guinda que le faltaba al pastel y le da mucha más dinamita al conjunto de la Villa de Portmany, que además, tiene esta temporada una rotación amplía, con muchos jugadores que suman.

Se avecinan emociones fuertes y Sa Pedrera lleva camino de quedarse pequeño, porque los partidos de Class garantizan diversión. El choque arrancó con un triple de Jonats, para dar la primera ventaja a los ibicencos, pero enseguida reaccionó Gran Canaria con un parcial de 7-0 aprovechando una antideportiva. Respondió Casanova con un triple, pero a los ibicencos con Haro en la dirección y sin Da Silva en pista no estaban finos en ataque y no cerraban su rebote. Así que la iniciativa era canaria y los ibicencos en los cinco primeros minutos solo habían anotado tres canastas, todas triples.

La entrada de Da Silva arregló el problema interior, porque el pivot brasileño se hizo dueño de las dos zonas y anotaba con facilidad, ocho puntos en el primer cuarto. Pero Gran Canaria no cedía con Arturo Fernández acertado en sus lanzamientos para cerrar el primer parcial con mínima renta, 20-19.

Sant Antoni arrancó al galope el segundo parcial con un parcial de 2-10 en poco más de un minutos, gracias también a una antideportiva y a dos triples de Kaufmanis que entró como un microondas en el partido.

El técnico local paró el choque, para frenar la primera escapada ibicenca, 22-29. La dinámica en el cuarto seguía siendo para los de Sant Antoni, con Casanova, el último en llegar, clavando un triple de ocho metros y con Grimau tirando de talento individual con penetraciones y lanzamientos al límite de la posesión. Gran Canaria se puso en zona, pero los visitantes seguían anotando con fluidez hasta lograr otra máxima 29-38.

Pero otro tiempo canario pareció enfriar a los de Flores. Da Silva cometía su segunda falta y se iba al banco y Haro no estaba nada fino en el tiro y tampoco en la dirección. Algunos tiros precipitados de los de Flores volvieron a meter en el choque a los canarios que llegaron al descanso solo un punto abajo. 39-40.

Y el tercer cuarto no empezó nada bien con la tercera falta de Da Silva. Kaufmanis clava su tercer triple, con la réplica inmediata del base canario Duskav con un triple y dos tiros libres para poner a los locales por delante después de muchos minutos 46-44. Y no estaba cómodo el equipo ibicenco en pista y Gran Canaria amagó con la escapada, 55-47.

Y cuando las cosas se ponen feas, hay que llamar siempre a un Grimau. Problemas de albañilería, electricidad, o alicatados, todo lo arregla el escolta que encendió la bombilla con dos triples casi seguidos. La defensa ibicenca se puso sería, cerró su aro, empezó a robar balones y en poco más de dos minutos endosó un parcial de 0-19, incluido un tercer triple de Grimau que se fue al banco con pocos segundos para acabar el cuarto con sus compañeros en pie para aplaudirle. Otro día en la oficina. Da Silva, Haro con un dos más uno tras un robo, De la Rúa. Todos enchufaban en las filas ibicencas y nadie veía aro en las filas locales. Así se cerraba el tercer cuarto con un claro 55-66.

Y el festival siguió en el arranque del último cuarto liderado esta vez por Casanova, un jugador diferencial en esta categoría. El parcial llegó a ser demoledor, 2-30, porque la defensa ibicenca seguía inexpugnable, manos rápidas, cortando líneas de pases, ayudas continuas, cerrando el rebote y Gran Canaria no sabía como atacar con tiros forzados y violaciones una detrás de otra. Flores rotaba y rotaba, siempre piernas frescas, pero el rendimiento no bajaba hasta llegar a los 20 puntos de renta.

Gran Canaria ya había bajado los brazos y Flores aflojó la defensa para que la paliza no creciera. Gran Canaria volvió a refugiarse en una zona y todavía hubo tiempo para que Kaufmanis enchufara otro triple lejano y hasta Richards acertara desde los 6,75 para regocijo de su banquillo. Hay motivos para estar felices y lo mejor está por llegar con un equipo que parece no tener techo