Fango de patio del colegio

Santa Cruz de Tenerife
La derivada política del conflicto sobre la falta de plazas de 0 a 3 años está resultando bochornosa. Ni una de las tres partes que han entrado en disputa: Partido Popular, Partido Socialista y Coalición Canaria, están siendo capaces del salir del fango en el que se han metido hasta las rodillas. Abrió la veda el jefe de la oposición, Ángel Víctor Torres, respondiendo al anuncio del consejero de Educación de que no podrían cubrirse todas las plazas prometidas, acusando al Gobierno de privatizar la Educación. Y Manuela Armas, pese a reconocer que se concierta lo que no se puede cubrir desde la pública y que ella misma firmó la renovación de los conciertos por obligación, mejorando además los salarios de los docentes de la concertada, acusó después a la miembros del Gobierno de escolarizar a sus hijos en colegios privados "porque les queda cómodo o cerca: que hagan lo que quieran". A lo que el mismísimo presidente le ha respondido acusando a los socialistas de superioridad moral e incoherencia.
El cruce dialéctico de nuestra clase política invita a varias reflexiones: ¿Debió el PP no airear el asunto y pudo acelerar las obras más de lo que dice? ¿Ha contado Armas cuántos socialistas tienen a su prole en colegios particulares? ¿Cuál es el papel de un presidente de Gobierno de todos los canarios, bajar al redil o elevar el debate? Ninguno tiene un pase.

Marta Cantero
He trabajado en diversos medios de comunicación de las Islas, tanto en Gran Canaria como en Tenerife,...




