Leña al turismo
El turismo sigue como un tiro. Sigue sumando visitantes tanto en Canarias como en España, que aspira en los próximos años a desplazar a Francia como primer destino mundial. Y sigue creciendo a su vez el malestar social por el impacto de la masificación en los destinos. Es un problema mundial, y ni uno solo de ellos ha atinado con la fórmula para contener tanta concentración de personas al mismo tiempo en el mismo lugar.
Acertar con la alternativa requiere, en primer lugar, un consenso amplio, tanto en el diagnóstico como en la solución. Pero lejos de avanzar en él, el sector se tensiona cada vez más, entre quienes entienden que no se puede siquiera mentar --no ya matar-- a la gallina de los huevos de oro, y quienes están hartos de ella y su guineo.
Para colmo, el deseable diálogo entre quienes viven de esta industria, empresarios y trabajadores, parece cada vez más complicado. Y la última sentencia judicial sobre el plus de antigüedad añade una muesca más a la gresca entre unos y otros en la provincia de Tenerife.
Como sigamos echando más leña al fuego de la discrepancia en torno al turismo, terminaremos todos quemados en la misma hoguera.