"Entramos como ganado a parir": el duro testimonio de una familia que perdió a su bebé por mala praxis en Tenerife
El Servicio Canario de la Salud ha sido condenado a pagar 146.000 euros a Teresa y Francisco. No fueron informados de los riesgos del parto inducido y la cesárea se practicó cuando ya era tarde

"Es como una pesadilla de la que nunca vamos a despertar": el Servicio Canario de Salud, condenado tras el fallecimiento de un bebé durante un parto
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Santa Cruz de Tenerife
La vida de Teresa y Francisco se partió en 2020, cuando su bebé falleció como consecuencia de una mala praxis médica en el Hospital de La Candelaria, en la isla de Tenerife, durante el parto. Teresa, que en ese momento tenía 49 años y se había quedado embarazada mediante fecundación in vitro, ingresó el 23 de noviembre con más de 40 semanas de gestación para dar a luz de forma programada. El matrimonio no fue informado de los riesgos del parto inducido. Tras casi 24 horas, y cuando ya era tarde, le realizaron una cesárea. Cuando despertó le comunicaron que su bebé había muerto.
Ahora el Servicio Canario de la Salud (SCS) ha sido condenado por el juzgado de lo Contencioso-Administrativo Número 4 de Las Palmas de Gran Canaria a indemnizar al matrimonio con 146.181 euros. La sentencia considera probado que se incumplió el deber de información a la paciente y que no se dio la opción de realizar la cesárea "hasta que fue demasiado tarde" dado que el bebé empezó a manifestar síntomas de sufrimiento fetal a las 04.00 horas, con taquicardias leves, bruscas y una desaceleración del ritmo cardiaco. Además, señala que no se realizó la prueba de PH hasta las 12.00 horas ni se plantó como opción la intervención quirúrgica para que naciera la pequeña.
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"Es como una pesadilla de la que nunca vamos a despertar": el Servicio Canario de Salud, condenado tras el fallecimiento de un bebé durante un parto
El matrimonio no fue informado debidamente
"Es como una pesadilla de la que nunca vamos a despertar". Así recuerda Teresa ese 23 de noviembre. En la antena de Radio Club Tenerife ha explicado que nunca le informaron de los riesgos que conllevaba la inducción al parto ni de que su hija estuviera sufriendo: "No solo en un momento puntual en el que se tenía que haber practicado la cesárea, a las cuatro de la mañana, sino en distintos momentos de la noche". Aunque incide en que no pusieron la denuncia por violencia obstétrica, sí que sufrieron un mal trato por parte de una matrona en un momento de vulnerabilidad.
El matrimonio relata que hubo presencia de meconio y una serie de hechos que determinaban que "había sufrimiento fetal". Cuenta que ya de madrugada entraron los médicos a la habitación y le preguntaron cómo se encontraba. Le pusieron un medicamento pero no le dijeron para qué: "Me colocaron de lado y me dijeron que me quedara en esa posición porque eran prácticas que utilizaban para aliviar el sufrimiento fetal. Quizá ahí se tenía que haber intervenido y no se hizo".
"Me desperté y mi hija estaba muerta"
Teresa añade que en un momento dado la habitación se llenó de gente. Los médicos procedieron a comprobar si estaba dilatada completamente y le hicieron dos pruebas al bebé para conocer si estaba recibiendo suficiente oxígeno: "Nos vamos a quirófano porque hay que practicar una cesárea urgente. Después de eso me desperté y mi hija estaba muerta".
La justicia entiende que existían elementos de riesgo. La edad de la mujer, la duración de la inducción al parto (más de 16 horas) o la fecundación in vitro. Por tanto, concluye que se debió recomendar la cesárea tanto al ingresar en el hospital como en el transcurso de la inducción. "Consideramos en definitiva que hubo infracción de la 'lex Artis' por parte del personal sanitario del Hospital Universitario Nuestra Señora de Candelaria en el manejo del parto, al no valorar debidamente, con las pruebas de seguimiento del feto precisas a cada momento, la realización de una cesárea de urgencia con anterioridad, siendo que ello provocó consecuencias fatales para el recién nacido", reza el fallo.
Denunciar "para que cambien los protocolos"
El matrimonio destaca y agradece la labor del letrado José Antonio Betes, que les ha prestado asistencia jurídica, y de su perito médico, José María Muñoz Conde. Reconocen una sensación "agridulce" tras conocer la sentencia. Por un lado porque se reconoce lo que siempre sospecharon, "que las cosas no se habían hecho bien". Por otro, porque "la vida no te cambia y mi hija sigue sin estar con nosotros".
El matrimonio tuvo claro que quería denunciar el fallecimiento de su bebé y hacer público su caso para animar a otras familias que hayan pasado o estén pasando por la misma situación. "Es la única manera en que se pueden cambiar las cosas. Siguen ocurriendo cosas. La única forma de que cambien los protocolos es que la gente denuncie", insiste Teresa pidiendo una atención especializada a las embarazadas porque "no se puede atender a una mujer de 20 años igual que a otra de 40 o 50".
Asegura tener la sensación de que "entramos como ganado, una más a parir. Tus circunstancias no importan. Da igual que te hubieras quedado embarazada con fecundación in vitro, no importa que tengas casi 50 años. Eres una más. Estiran el chicle hasta que tengas un parto natural".
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Hoy por Hoy La Portada (06/06/2025)