'Desbolladoras', el oficio invisible que dio forma a la historia conservera de Cantabria
Mujeres que transformaron el pescado y también la historia laboral de Cantabria

Etnografía de Cantabria, las desbolladoras de pescado
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Santander
La antropóloga Araceli González Vázquez, científica titular del CSIC, rescata del olvido un oficio tradicional de las villas marineras de Cantabria, el 'desbolle' del pescado, una tarea que históricamente ha sido realizada por mujeres que, además, fueron protagonistas de las primeras luchas obreras.
En la sección de Etnografía del programa A Vivir Cantabria de la cadena SER, contamos la historia de las 'desbolladoras' de pescado que han sido fundamentales en la industria conservera de la región.
El arte de desbollar el pescado
En las villas marineras de Cantabria, el término 'desbolle' hace referencia al proceso manual de descabezado y evisceración del pescado, una tarea que históricamente ha sido realizada por mujeres.
Estas trabajadoras, conocidas como 'desbolladoras', desempeñaban su labor en fábricas de conservas, donde se procesaban especies como el bocarte, el bonito, el besugo o la sardina.
Un término con raíces históricas
'Desbollar' o 'esbollar', explica Araceli González, es una palabra que viene del latín, "pero que no ha sido aún bien documentada en Cantabria, de hecho no aparece en la mayor parte de los diccionarios de 'cántabru' disponibles, pero sí se puede localizar en la documentación histórica sin dificultad y se encuentra en pleno uso actualmente".
Es una palabra viva que aún se emplea con frecuencia, particularmente en nuestras villas marineras. Es equivalente al gallego desbullar, que sería sacar algo de lo que lo envuelve; en este caso sacar las vísceras o bollas.
Además, el verbo 'esbollar' también se usaba en otras zonas de Cantabria para referirse a quitar la cáscara de castañas o nueces, lo que demuestra su arraigo en el lenguaje popular.
Documentación histórica
Documentos del siglo XVI de Castro Urdiales y Santander ya regulaban esta actividad, prohibiendo que se realizara en espacios públicos como calles o muelles. En ellos se menciona la bolla —las vísceras del pescado— y el 'cay', palabra cántabra que designa el muelle, probablemente derivada del francés quai.
Durante el siglo XIX, fábricas de conservas en localidades como Santander, Santoña, Castro y Laredo comenzaron a emplear a numerosas mujeres en el proceso de salazón y escabeche. El 'desbolle' se realizaba tras pasar el pescado por salmuera, facilitando su conservación y preparación.
Pioneras en la lucha sindical
Las 'desbolladoras' no solo fueron fundamentales en la industria, sino también en las primeras luchas obreras de Cantabria. A finales del siglo XIX y principios del XX, estas mujeres protagonizaron huelgas y protestas por la mejora de sus condiciones laborales, muchas veces invisibilizadas por la prensa de la época.
En 1900, junto a los lateros —trabajadores que fabricaban las latas—, iniciaron una huelga en la fábrica “La Castreña” de Puertochico. Aunque los medios conservadores las tacharon de “alborotadoras”, sus acciones respondían a reivindicaciones legítimas por salarios dignos y mejores condiciones.
Mujeres que sostuvieron la industria
Las 'desbolladoras' compartieron protagonismo con otros oficios femeninos vinculados al mar: cargueras, pescaderas, cigarreras, betuneras, costureras… Todas ellas formaron parte de un tejido laboral profundamente feminizado que merece ser reconocido.
Como concluye Araceli González: “Somos y estamos aquí porque otras fueron, estuvieron donde estuvieron, hicieron lo que hicieron, y reivindicaron lo que reivindicaron”.

Conchi Castañeda
Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid. Redactora de cadena...




